Desde hace un buen tiempo está presente la discusión pública sobre la conveniencia del trabajo remoto, presencial o híbrido. También ha estado acompañado ese hecho de fervientes defensores de cada modalidad.
Especial de Laszlo Beke
La pandemia logró el descubrimiento masivo de la posibilidad real del trabajo remoto, muchos se hicieron fanáticos de ese modelo y además aparecieron estudios que demostraban sus ventajas en productividad. Resulta que estudios más recientes, algunos de los cuales detallaremos más adelante, indican más bien que la productividad es mayor en el trabajo presencial que en el remoto. Sin embargo, también hay que considerar que trabajar de la casa agrega un componente de felicidad a muchos. Definitivamente la felicidad es un elemento cuya importancia no se debe y no se puede despreciar. Todo esto es una tema extremadamente importante para las organizaciones y para los que trabajan.
Los estudios de productividad
Hay señales de estar en marcha un migración en reverso, desde Zoom hacia la oficina y la sala de conferencia. Las empresas de Wall Street han sido las más vocales en llamar a sus empleados a sus oficinas. Pero en meses recientes, incluso las megacorporaciones de la tecnología – Apple, Google, Meta y otras – le han exigido a su personal que vengan a las oficinas por lo menos tres veces a la semana. Para los amantes del trabajo remoto pudiera parecer una venganza de los gruñones corporativos. ¿Es que acaso no existieron los estudios durante la pandemia que demostraron que el trabajo remoto era frecuentemente más productivo que trabajar desde la oficina?
Desafortunadamente para los firmes creyentes en el trabajo remoto, las investigaciones más recientes contradicen lo detectado hace tres años. Ahora pareciera que operar en la oficina, a pesar de todos sus defectos, continua siendo esencial. Un buen punto de partida es el paper publicado en 2020 por Natalia Emanuel y Emma Harrington de Harvard. Allí se encontró que, en un detallista por Internet, el número de llamadas manejadas por los empleados había aumentado en un 8% cuándo se movieron de las oficinas a la casa. Recibió menos atención una versión revisada de ese paper en Mayo de este año, donde la eficiencia en el trabajo remoto más bien se había reducido en un 4%.Los investigadores no habían errado. Más bien, habían recibido data más precisa, incluyendo programas de trabajo detallados. Los empleados no solamente habían respondido menos llamadas estando remotos, sino que adicionalmente la calidad de las interacciones había sufrido. Los clientes eran puestos en espera más tiempo. Un mayor número de cliente volvían a llamar, un indicador de problemas no resueltos. Esta revisión coincide con otros estudios que refuerzan este hecho:
– En un estudio realizado por expertos de MIT y UCLA, se asignaron al azar trabajadores entrada de datos en la India para trabajar en forma remota y presencial. Los remotos fueron 18% menos productivos que los presenciales.
– En otro estudio, realizado por expertos de las Universidades de Chicago y de Essex, encontraron una diferencia negativa de productividad de 19% de los remotos, en comparación con datos previos de trabajo presencial en una importante firma asiática.
– Los jugadores profesionales de ajedrez juegan peor en encuentros remotos.
– Un experimento de laboratorio mostró que las video conferencias inhiben el pensamiento creativo.
Los orígenes de la creencia que el trabajo remoto aumenta la productividad, se remontan a un experimento realizado casi una década antes de la pandemia. Allí se reportó que los trabajadores del call center de una agencia de viajes china habían incrementado su desempeño en un 13% trabajando en forma remota. Ese dato se sigue esgrimiendo en los argumentos a favor del trabajo remoto, sin embargo la mejora en desempeño no provino del incremento de la productividad, sino de los siguientes hechos:
– más de dos tercera partes de la mejora se debió a que los empleados trabajaron más horas y no de haberlo hecho en una manera más eficiente.
– la empresa china eventualmente canceló el trabajo remoto, ya que los empleados en esa modalidad tuvieron serias dificultades para lograr promociones.
– El año 2022 se realizó una continuación del estudio en dicha empresa para investigar el efecto de unas pruebas con trabajo híbrido. El resultado es que este tuvo efecto insignificante en la productividad, aun cuando los trabajadores dedicaron más tiempo y escribieron más código estando en la oficina.
Los costos de coordinación
Las razones para estos descubrimientos no deben sorprender, es más difícil colaborar en forma remota. Investigadores que analizaron los registros de 62.000 empleados de Microsoft observaron que con el trabajo remoto las redes profesionales se hacen más estáticas y más aisladas. Las teleconferencias son una imitación pálida de las reuniones en persona. En otro estudio se detectó que los “enfriadores de agua virtuales”, que se aplicaron durante la pandemia, tuvieron beneficios limitados y terminaron invadiendo los saturados programas de trabajo de las personas. Ronald Coase, un economista que se focaliza en la estructura de las empresas, denomina estos costos de coordinación, y ellos hacen más engorroso el manejo colectivo de la empresa.
Es razonable esperar que algunos de estos costos de coordinación disminuyan, en la medida que las personas se acostumbran a la nueva forma de trabajo. Desde el año 2020, muchas personas han adquirido destrezas manejando Zoom, Teams, Webex o Slack. Sin embargo, otros costos puede incrementarse en el tiempo: el subdesarrollo del capital humano. Un estudio realizado en Harvard con ingenieros de software detectó que la retroalimentación intercambiada entre colegas disminuyó fuertemente, después que se trasladó el trabajo a formato remoto. En otro estudio adicional, se documentó el declive relativo en aprendizaje de habilidades para los trabajadores remotos.
El precio de la felicidad
El hecho es que en el trabajo no solamente tiene importancia la productividad. Posiblemente la mayor virtud del trabajo remoto es que lleva a trabajadores más felices. La personas le dedican menos tiempo al transporte hacia y desde la oficina, lo cual desde su perspectiva personal implica un aumento de su productividad, aun cuando las mediciones convencionales no lo detecten. Les es mucho más fácil coordinar con los horarios de los colegios y de las citas médicas, aparte de los posibles períodos de descanso o de ejercicio. Algunas tareas, como la concentración continua por largos períodos, se puede hacer mejor desde la casa que en una oficina abierta. Esas son razones poderosas por las cuales muchos trabajadores prefieren no ir a la oficina.
Varias encuestas han encontrado que hay empleados que están dispuestos a aceptar una paga inferior con tal de realizar el trabajo en forma remota. Disponer de empleados satisfechos con un costo ligeramente menor puede ser un buen arreglo para los gerentes corporativos. Para muchas personas, el futuro del trabajo es híbrido. Sin embargo, pareciera que el balance de la semana de trabajo se inclinará más hacia la oficina – por cuanto la mejor productividad apunta en ese sentido.
Se hace referencia a It is not more productive than being in an office, after all. También aparece en mi Portal https://tinyurl.com/ycyhcrvc.