Desde niños hasta adultos mayores son los rostros de los venezolanos que se ven día a día en diferentes partes del mundo.
Por elnacional.com
En las calles de Medellín, en Colombia, es común encontrar educadores, abogados, doctores, economistas o diferentes profesionales venezolanos trabajando en la informalidad en busca de encontrar su sustento diario para sobrevivir.
Son muchos los que desconocen los cambios que puede traer la migración masiva hacia un país, creando descontentos en la población por el miedo de abarrotar el sector de empleos o mayores gastos a su nación. De hecho, se generó una percepción falsa a raíz de la llegada de los venezolanos a diferentes países, alegando el aumento de la delincuencia.
Venezuela es conocido por ser un país petrolero, con climas diversos, paisajes de ensueño, gastronomía mundial y un gobierno socialista que ha llevado tierras fértiles a ser áridas, convirtiéndose además en el país con la mayor tasa de migración en Latinoamérica. Se estima que la edad promedio de los ciudadanos que emigran es entre 0 a 55 años de edad o más, demostrando que no existe límite de edad para buscar calidad de vida.
Desde niños hasta adultos mayores son los rostros de los venezolanos que se ven día a día en diferentes partes del mundo. Existen países en la región que han abierto sus puertas a las familias en busca de un nuevo hogar. Colombia, país vecino que comparte ocho puntos fronterizos con Venezuela, es uno de ellos.