Pedro Sánchez, a la caza del votante desencantado en España

Pedro Sánchez, a la caza del votante desencantado en España

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante una rueda de prensa celebrada este lunes en la Moncloa, Madrid, donde ha anunciado el adelanto de las elecciones generales al domingo 23 de julio ante el mal resultado electoral del PSOE de ayer y ha dicho que es hora de que los ciudadanos “tomen la palabra”. EFE/Moncloa / Pool / Borja Puig de la Bellacasa 

 

Gobernar con la izquierda radical le ha traído dolores de cabeza al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que intenta desesperadamente, antes de las elecciones del 23 de julio, reconquistar a un electorado moderado irritado por posiciones controvertidas y leyes polémicas impulsadas por sus aliados.

Sánchez llegó a confesar en el pasado que aliarse con la izquierda radical le impediría dormir, pero el líder socialista se vio obligado a formar gobierno en enero de 2020 con Podemos, partido heredero del movimiento de los indignados, para poner fin a meses de bloqueo político.

Y desde entonces la coalición estuvo marcada por tensiones y polémicas, que alejaron a los votantes socialistas más moderados.

“Hay un trasvase de votos de la izquierda hacia la derecha que ronda más o menos el 10% del voto, antiguos socialistas que reconocen que votaron a Sánchez en noviembre 2019 y que ahora nos dicen que van a votar el Partido Popular (PP, conservadores)”, dice María Martín, de la consultora de sondeos GAD3.

Unos 700.000 votantes podrían darle la espalda a Sánchez en las legislativas del 23 de julio.

Según la experta, el mayor “impacto” para esta transferencia de votos ha sido la ley de consentimiento sexual, conocida como del “solo sí es sí”

Abanderada por Podemos, esta ley, adoptada el año pasado, pretendía reforzar el arsenal legal contra la violencia sexual.

Pero su redacción tuvo la consecuencia indeseada de reducir las penas a más de mil delincuentes sexuales y excarcelar a un centenar, lo que obligó a Sánchez a disculparse públicamente en abril y a reformar urgentemente la ley con el apoyo de la derecha, ante la negativa de Podemos de hacerlo.

Una controversia que generó gran malestar en la opinión pública y que ha servido a la derecha para atacar a Sánchez.

Es un “problema que usted tiene y que le va a perseguir siempre”, lanzó Alberto Nuñez Feijóo, el candidato conservador y favorito según las encuestas, en un debate televisado con Sánchez el lunes pasado.

“Sánchez ha puesto a cientos de estos monstruos en la calle”, reza una enorme pancarta desplegada en el centro de Madrid por el partido de extrema derecha Vox, en la que se ve a un hombre encapuchado tapando la boca a una mujer para ahogar su grito.

Fractura del movimiento feminista

El potente movimiento feminista español también se vio sacudido por la “confrontación entre la izquierda, sobre todo entre el feminismo mas clásico, representado por el Partido Socialista, y el feminismo que defendía Podemos”, apunta José Pablo Ferrándiz, del instituto de encuestas Ipsos.

La causa: una ley que permite el libre cambio de género a partir de los 16 años, defendida por Podemos y aprobada en febrero.

Los socialistas bloquearon el texto durante meses, intentando infructuosamente modificarlo, mientras algunas feministas -entre ellas la ex número dos del gobierno, Carmen Calvo- lo criticaron abiertamente, juzgando que la noción de autodeterminación de género ponía en peligro décadas de lucha por la igualdad de género.

Críticas que resonaron en una parte del electorado, incómodo con los “posicionamientos muy ideológicos” de Podemos en temas sociales, asegura María Martín.

La experta cita también el impacto en el voto rural tradicionalmente socialista de las llamadas de Podemos a consumir menos carne, que llevaron a Pedro Sánchez a asegurar que un buen pedazo de carne a la parrilla era “imbatible”.

Consciente de la desafección de algunos votantes, Sánchez busca “movilizar o retener a este electorado más conservador, más cercano al centro del Partido Socialista, que es bastante elevado” numéricamente, dice José Pablo Ferrándiz.

Sánchez ha reconocido “errores”.

“Distintos estudios demoscópicos (…) lo que demuestran es que hay hombres, y no solamente hombres, también mujeres, que se sienten incómodos con algunos discursos feministas”, entre ellos algunos de sus “amigos”, admitió Sánchez, quien criticó a la ministra de Igualdad de Podemos, Irene Montero, figura divisiva y blanco favorito de los ataques de la derecha.

Pero según los analistas, criticar a su propio gobierno puede no seducir a los votantes decepcionados.

“Un presidente de gobierno que ha estado durante años legislando, que en campaña electoral hace una enmienda a la totalidad (de su gestión), creo que lanza un mensaje a su electorado que es confuso”, agrega Martín. AFP

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