La historia de una mujer paquistaní que cruzó la frontera de forma ilegal para encontrarse con su amante hindú, a riesgo de deportación y arresto, se ha convertido en un asunto de Estado en la India, entre el debate de si el amor es real o esconde una conspiración espía de Pakistán.
La paquistaní Seema Haider ingresó a la India el pasado mayo con sus cuatro hijos para casarse con Sachin Meena, un hombre indio que conoció en 2020 a través de un juego en línea por el que se intercambiaron sus números.
La pareja se vio las caras por primera vez en un viaje que organizaron el pasado marzo a Katmandú. Allí permanecieron una semana y luego volvieron a sus respectivos países, según explicó ayer en un comunicado la policía del estado norteño de Uttar Pradesh recogido por el canal de noticias NDTV.
Dos meses después, Haider abandonó su vida en Pakistán y regresó a Nepal con sus hijos para tratar de ingresar a la vecina India por vía terrestre.
La odisea la llevó por la porosa frontera entre Nepal y la India, para tomar un autobús dirección Rabupura, una ciudad del estado indio de Uttar Pradesh, para reunirse con Meena y empezar una vida juntos, de acuerdo con la versión de la policía.
Haider y Meena fueron arrestados brevemente el pasado 4 de julio por la policía del estado: ella, por ingresar de forma ilegal; y él, por albergar a inmigrantes ilegales.
AMOR O ESPIONAJE
La historia de la pareja atiza los sentimientos de discordia entre las dos naciones enfrentadas casi desde su independencia, y de sus dos principales comunidades, musulmanes e hindúes.
Haider ha estado en los titulares de los principales medios de la India casi desde su llegada, denunciando el islam y asegurando su conversión al hinduismo, un asunto que hiere sensibilidades de ambas comunidades.
La pareja, que estaba en libertad bajo fianza, ha estado los últimos dos días bajo interrogatorio para despejar sospechas de vínculos con el Ejército o la inteligencia de Pakistán, país vecino y enemigo.
De acuerdo con los medios indios, las dudas de las intenciones de la mujer giran en torno a su destreza en el manejo de aplicaciones tecnológicas, cómo logró completar el trayecto hasta la India sola y con cuatro niños, cómo aprendió a comunicarse en hindi y en inglés.
La portavoz del despacho de Exteriores paquistaní, Mumtaz Baloch, dijo a EFE que su Gobierno conoció del caso de esta mujer a través de la prensa y que está “esperando detalles de las autoridades indias”.
El director general de la policía de Uttar Pradesh, Prashant Kumar, al mando de este caso, ha asegurado que no hay información suficiente para hablar de “espionaje”. “El asunto está relacionado con dos países. Hasta que no tengamos suficientes pruebas, no sería apropiado decir nada al respecto”, dijo según NDTV.
Las agencias de inteligencia de Pakistán, según medios paquistaníes, se desmarcaron de su conexión con Hiader, alegando que el amor es el único factor que la llevó a colarse en la India para vivir con un hindú.
EL TERCERO EN DISCORDIA: UN MARIDO EN DUBÁI
A las incógnitas por los verdaderos sentimientos de esta pareja se suma un tercer sujeto: Ghulam Haider, el marido de la mujer paquistaní, que se enteró de todo este entramado por la prensa mientras se encontraba de viaje en Arabia Saudí.
El propio Ghulam Haider pidió en un video a su mujer que regresara a Pakistán. También pidió en varias ocasiones la colaboración del Gobierno de la India para que ella y sus hijos vuelvan a casa a salvo.
Pero al parecer Seema Haidder ya ha dejado claro ante las autoridades indias su determinación por quedarse a vivir en la India y rehacer su vida con nueva pareja, además de convertirse al hinduismo.
EFE