Temperatura del agua del mar en España registra valores máximos sin precedentes en 83 años

Temperatura del agua del mar en España registra valores máximos sin precedentes en 83 años

 

No solo en tierra se siente el calor sofocante. Las aguas de mares y océanos que rodean a España registran los últimos días valores muy altos; en concreto, la temperatura en zonas costeras ha alcanzado los 24,6 grados centígrados, un dato sin precedentes -para estas fechas- desde 1940.





Dicha temperatura, según datos de la Agencia de Meteorología (Aemet) española, supone 2,2 grados por encima de lo normal para esta época del año, aunque,-inciden desde Aemet- ” todavía hay recorrido para que el mar se siga calentando más”, debido a que el valor máximo se suele registrar a mediados de agosto.

Esos 24,6 grados superan “ampliamente los registros de los dos años previamente más cálidos”, cuando en 2015 se registraron 24 grados y en 2022 se llegó a 23,7 grados.

Como ejemplo, cabe destacar que en las últimas horas en puntos del Levante (este) y de las Islas Baleares el mar Mediterráneo ha superado los 28 grados, y en la zona de Alborán, las aguas están entre 3 y 4 grados por encima de lo normal.

Este calentamiento también afecta al conjunto del océano global, que en junio experimentó las temperaturas de la superficie más altas que cualquier junio anterior, según datos del sistema de vigilancia europeo Copernicus, quien califica de “extremas” las olas de calor marinas registradas las últimas semanas alrededor de Irlanda, el Reino Unido y el Mar Báltico.

Pero el problema del calentamiento de las aguas marinas podría alargarse en el tiempo: Copernicus advierte de que las temperaturas para el trimestre agosto-septiembre-octubre sean más cálidas de lo normal en la práctica totalidad de las tierras emergidas del planeta y en buena parte de los océanos.

El océano Antártico, con el grosor de hielo más bajo nunca visto, y el Atlántico, sobre todo en su parte norte, también sufren este problema, un fenómeno a escala global que supone un alto riesgo de impacto en los ecosistemas.

Para Juan Jesús González, investigador en dinámica atmosférica y meteorólogo de la Aemet, unas aguas más cálidas en el Atlántico Norte propician una evaporación más fácil y rápida, lo que contribuye a que las tormentas oceánicas se conviertan en sistemas de “mayor tamaño e intensidad”, con lluvias más intensas, más inundaciones y rachas fuertes de vientos, entre otros impactos, sobre la península.

Son varios los factores que pueden explicar este extraño fenómeno de calentamiento marino en las aguas atlánticas: por un lado, los derivados del cambio climático, entre los que resalta una circulación atmosférica anómala para la época, el debilitamiento del anticiclón de las Azores y emisiones de gases de efecto invernadero (…), y, por otro, el fenómeno de El Niño.

El Niño, declarado ya oficialmente por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), puede estar en parte detrás del calentamiento del Atlántico -detalla el experto- quien explica que se trata de un fenómeno natural por el que la superficie oceánica del Pacífico central y oriental alcanza temperaturas superiores a lo normal cerca del ecuador, con efectos más allá de la zona de ocurrencia.

Al incremento de las temperaturas en el Atlántico Norte -matiza el experto- se suman otras circunstancias, como diversas fuentes de calentamiento irregular procedentes de zonas marinas del oeste de las Islas Británicas, sureste de Groenlandia, Cantábrico y un área entre las Canarias y Madeira, todos asociados a las mismas rarezas en el comportamiento de la circulación atmosférica.

El meteorólogo también recuerda que los océanos, el mayor sumidero de carbono del planeta, absorben un tercio de las emisiones de dióxido de carbono humanas y un 90 por ciento del exceso de calor generado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En este punto, lamenta que aunque se parasen las emisiones de GEI, los océanos seguirán calentándose decenas de años, lo que conduciría a un proceso de “aumento de las temperaturas aún mayor”, para llegar a final de este siglo con océanos mucho más cálidos.

EFE