Las herramientas tecnológicas, como destellos de luz en la oscuridad, otorgan al ‘homo tecnologicus’ el poder de democratizar la sabiduría, liberando a las mentes ávidas de conocimiento del yugo del desconocimiento
La libertad de expresión y la democracia han sido las dos brújulas que han llevado a la humanidad a avances relacionados con el bienestar y la prosperidad, y estos valores son, definitivamente, fundamentales en cualquier sociedad libre y justa. No obstante, en una era completamente tecnológica como la que vivimos, estos valores están siendo puestos a prueba de maneras nuevas y desafiantes.
En algunos países, la tecnología ha sido utilizada para fortalecer la democracia y fomentar una mayor participación ciudadana, mientras que, en otros, ha sido utilizada para restringir las libertades y socavar las instituciones democráticas.
Un ejemplo positivo de cómo la tecnología puede ser utilizada para fortalecer la democracia es el caso de Taiwán. En este país, el gobierno ha utilizado la tecnología para fomentar una mayor participación ciudadana y mejorar la transparencia y rendición de cuentas. Por ejemplo, el gobierno ha utilizado plataformas en línea para permitir a los ciudadanos compartir información y expresar sus opiniones de manera más amplia y rápida que nunca 1. Esto ha ayudado a aumentar el escrutinio público sobre las acciones del gobierno y fomentar una mayor participación ciudadana en los procesos democráticos.
Por otro lado, hay ejemplos preocupantes de cómo la tecnología puede ser utilizada para restringir las libertades y socavar las instituciones democráticas. En países como Venezuela, Nicaragua, Cuba y China, los gobiernos han utilizado su control sobre los medios de comunicación y la tecnología para silenciar a sus críticos y restringir la libertad de expresión.
Además de los casos mencionados, es importante destacar que la tecnología también ha abierto la puerta a nuevas formas de censura y control por parte de los gobiernos. Por ejemplo, en algunos países, se han implementado leyes y regulaciones que permiten el monitoreo y la vigilancia masiva de las comunicaciones en línea. Esto no solo limita la privacidad de los ciudadanos, sino que también crea un ambiente de autocensura, donde las personas tienen miedo de expresar sus opiniones libremente por temor a represalias.
Volvamos al ejemplo de Venezuela, donde el régimen ha tomado medidas para censurar sitios web y fuentes de noticias que contradicen las opiniones del gobierno. Esto incluye la prohibición de medios de comunicación independientes, la limitación del acceso a redes que transmiten discursos de líderes de la oposición y la recopilación de información de los ciudadanos en Internet para usarla en su contra. Estas acciones no solo limitan la libertad de expresión, sino que también crean un ambiente de miedo y autocensura, donde las personas tienen miedo de expresar sus opiniones libremente.
Algunos de los sitios web que han sido bloqueados en Venezuela incluyen Infobae, La Patilla, El Nacional y Armando Info, entre otros. Estos portales son víctimas de bloqueo a través de los diferentes servicios de internet en Venezuela y en algunos lugares es imposible acceder a ellos sin el uso de una VPN.
Sin embargo, aunque la tecnología ha sido aliada de muchos regímenes, es importante reconocer que la tecnología también ha traído consigo ventajas significativas para la evolución de la democracia y la libertad en diversas partes del mundo. En Venezuela, a pesar de las restricciones impuestas por el régimen, la tecnología ha desempeñado un papel fundamental en la organización ciudadana y en la difusión de información veraz y crítica. Plataformas como Twitter son canales de comunicación clave para los venezolanos, quienes encuentran en ellas una fuente alternativa de información, así como de organización.
A través de las redes sociales y otras plataformas en línea, los ciudadanos venezolanos comparten información sobre la situación del país, denuncian violaciones de derechos humanos y expresan sus opiniones sin temor a represalias inmediatas. También, en este mismo momento, se están organizando unas elecciones primarias para construir un liderazgo opositor con el fin de derrotar el poder hegemónico de la tiranía y este liderazgo está encabezado por una mujer valiosísima y valiente, María Corina Machado, que no promete lo incumplible, sino unir fuerzas para lograr un país de regreso a la democracia y a la prosperidad. Gracias a muchas herramientas tecnológicas, los venezolanos de todo el mundo se organizan para votar por un líder y no existe acto de resistencia democrática más valioso que el de la organización ciudadana, especialmente si es una ciudadanía regada por el mundo.
También y gracias a miles de ciudadanos y periodistas conectados por medio de la tecnología, se ha logrado, identificar a los neo “judenrats” o supuestos líderes que, se proyectan como oposición y realmente negocian con el régimen venezolano para obtener beneficios económicos personales y cierto poder político. Como vemos, la tecnología ha sido un instrumento de “despertar” de la sociedad democrática venezolana, que sabe de las torturas y crímenes del narcorégimen y a la vez, tienen conocimiento claro y preciso de quienes son sus colaboradores indirectos.
Globalmente, podemos ver como la tecnología al alcance de los ciudadanos comunes, al igual que las redes sociales, han permitido a los ciudadanos compartir información y organizarse de manera más efectiva. Hace poco, el mundo quedó impresionado por la valentía del pueblo iraní cuando se sublevaron después de que una mujer fuera asesinada por dejar ver su cabello fuera del velo. Mahsa Amini, una joven de 22 años, murió mientras estaba detenida por la policía después de que encontraran fallas en su hijab o velo. Su muerte desató protestas en Irán, donde las mujeres cortaron su cabello y quemaron sus hijabs en señal de protesta. Además, durante años, los ciudadanos iraníes, a pesar de la censura del régimen, se han organizado para sublevarse contra el régimen de los ayatolás. Las redes sociales y otras plataformas en línea han sido las herramientas de lucha de los iraníes para compartir información y organizarse, logrando visibilizar su lucha a nivel global. Aunque estas luchas, a veces, no llevan a cambios radicales, son pequeños pasos fundamentales para obtener la libertad definitiva, libertad que se consigue sumando mil batallas ciudadanas.
En conclusión, la tecnología no es más que un vehículo y la clave está en el destino que elegimos cuando se trata de defender nuestras libertades. Las redes y las herramientas tecnológicas más avanzadas pueden bien expandir o coartar libertades, por lo que debemos estar claros como ciudadanos sobre el poder que se puede ejercer y la disyuntiva ética que conlleva el uso de estas tecnologías disruptivas, ya sean herramientas de inteligencia artificial o redes sociales.
Podemos optar por transitar el camino fácil e ignorar cómo muchos gobiernos usan la tecnología para el control, la manipulación y la opresión. O podemos recorrer la ruta más difícil siendo aliados de la verdad, participando y enriqueciendo la democracia y el libre intercambio de ideas constructivas y organizativas. No es la tecnología, somos nosotros quienes debemos elegir entre una u otra vía.
Como venezolana, estoy convencida de que no solo Venezuela, sino todos los países oprimidos, están llamados a recorrer el sendero de la libertad. Tarde o temprano, la sed de justicia y libertad que anida en lo más profundo del espíritu ciudadano, se abrirá paso. Mientras existan personas dispuestas a mantener viva la llama de la libertad, ninguna fuerza podrá extinguirla. La tecnología brinda poderosas herramientas para todos aquellos comprometidos con esta causa. Tenemos ya legados ejemplarizantes de cómo se utiliza la tecnología en esta era digital para derribar los muros de la opresión. Si asumimos la responsabilidad compartida de emplear la tecnología sabiamente, el futuro será luminoso, con una democracia robustecida donde hoy no la hay y con sociedades modernas viviendo en orden, respetando las leyes, pero disfrutando del infinito e invaluable placer de ser libres.
Dayana Cristina Duzoglou Ledo
Twitter: @dduzoglou