El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo hoy sentirse “preocupado” por el fracaso a la hora de restaurar el orden constitucional en Níger tras el golpe de estado del pasado 26 de julio, así como el hecho de que el presidente Mohamed Bazoum siga detenido.
En un comunicado emitido hoy en Nueva York, Guterres no se refirió explícitamente a la idea de una intervención militar, pero sí reiteró “su total apoyo a los esfuerzos de mediación actuales de la CEDEAO”, la agrupación regional de África del Oeste que ha sancionado a Níger tras el golpe y le ha amenazado con esa intervención armada.
El secretario general precisó que su representante especial para el Sahel, Leonardo Santos Simão, se encuentra ahora en Abuya, en una tarea de “buenos oficios” para apoyar a los actores regionales.
Por otro lado, Guterres dijo que es importante garantizar la continuidad de las labores humanitarias en el país, en particular en áreas remotas muy dependientes de la asistencia exterior.
La pasada semana, la ONU precisó hasta dónde llegan las necesidades humanitarias en el país, uno de los más pobres de África y del mundo: 4,3 millones de personas dependen a diario de esa asistencia humanitaria -más del doble de la cifra de 2017- pero solo está garantizada el 32 % de la financiación total necesaria para la entrega de esa asistencia.
Además, la violencia yihadista y los otros conflictos asociados -tribales o por el control de la tierra- han desplazado internamente a 370.000 personas, mientras que el país ya acoge además a 250.000 refugiados procedentes de Nigeria, Mali y Burkina Faso.
EFE