Eran cerca de las 8:30 de la noche del pasado 25 de julio cuando comenzaba a entrar el agua en la casa de Raiza Solano, ubicada en la avenida 5 de Julio de la parroquia Catedral de Valencia. Luego de tres horas de lluvia en distintas zonas de la Gran Valencia, el río Cabriales se desbordó y afectó a unas 10 familias de esa comunidad.
Por Corresponsalía lapatilla.com
En cuestión de minutos, el nivel del agua fue aumentando hasta superar los dos metros de altura en la vivienda de Solano. “A mí me sacaron con el agua ya llegando a la quijada, no podía respirar, tengo una niña diabética y asmática, le dio una crisis. La única escapatoria son las escaleras del edificio Don Jorge, a esa hora la gente estaba durmiendo, pero empezamos a dar gritos para que nos abrieran para poder salir”, relató.
Con la voz entrecortada, Solano comentó que perdieron camas, colchones, cocina, nevera, ropa y otros enseres del hogar. Señaló que están durmiendo sentados y al momento de preparar la comida, van hasta la casa de una vecina que les presta la cocina.
“Venían olas y olas, yo estaba tratando de salvar el medicamento de mi hija y no pude salvar nada. Quedamos sin nada. Mi niña tiene que dormir en la casa de una amiga, porque no puede estar aquí por el asma y el trauma”, dijo.
A más de una semana del suceso, los vecinos aseguraron que no han recibido apoyo de ningún ente gubernamental. Informaron que la ayuda ha llegado por parte de Cáritas San Blas, la iglesia evangélica y el consejo comunal.
Neria Cordero, habitante del sector 5 de Julio, indicó que solo los Bomberos de Valencia y efectivos de la Guardia Nacional llegaron al lugar a limpiar las calles.
Cordero pidió el dragado del río Cabriales, a la altura del puente Morillo, además de la limpieza y mantenimiento de alcantarillas. Manifestó que cada vez que llueve siente temor y angustia de que se vuelva a repetir una escena como la del 25 de julio.
“Necesitamos que el gobierno tome cartas en el asunto, nos ayude, porque nos tienen olvidados. Ese río está que no le cabe más basura, las alcantarillas están tapadas de barro. Vuelve a llover e irá a llegar a tres metros el agua, aquí nos iremos a ahogar”, destacó.
Ese miedo también lo siente Solano. “Uno no duerme. Necesitamos que limpien el río Cabriales y las alcantarillas para poder dormir tranquilos. Vienen más lluvias y no sabemos cómo nos va a agarrar aquí”, reiteró.
“No solo se perdió lo material, también la fuerza moral”
Miguel Rodríguez tiene un taller de carpintería en la calle 5 de Julio. Tras la crecida del río, se dañaron las máquinas que tenía y perdió trabajos que estaba realizando en el lugar.
Contó que el galpón se convirtió en una “piscina” de más de dos metros de profundidad. Rodríguez expresó preocupación, porque no sabe cuándo podrá reparar las máquinas, debido a que no cuenta con el capital económico.
“Hace siete años el río se metió, nos ofrecieron ayuda y no cumplieron, pero con mis propios recursos logré volver a restaurar las máquinas. Esta vez me agarró sin recursos, ahorita estoy en temor de no poder arrancar de nuevo. No solo se perdió lo material, sino la fuerza moral porque hay familias que quedaron sin nada”, puntualizó.
Giovanni Díaz, habitante de Santa Rosa casco 3, calle aledaña a la 5 de Julio, manifestó que también resultaron afectados por las lluvias. Indicó que Bomberos de Valencia y Protección Civil realizaron un censo a las familias afectadas y marcaron las viviendas. “Según era para reubicarnos, pero no nos han dado respuesta”, sostuvo.
Los vecinos hicieron un llamado a las autoridades locales y regionales a prestar ayuda a las familias que perdieron sus enseres y a ejecutar un plan de limpieza y mantenimiento del río Cabriales y las alcantarillas de la zona.