Esta es la historia de algo que tuvo que haber ocurrido hace 42 años. O, más bien, de lo que nunca debió pasar.
Por BBC
El pasado 22 de agosto Jimmy Lippert-Thyden, un abogado penalista de Ashburn, Virginia (Estados Unidos), se fundió en un abrazo con María Angélica González, su madre biológica, en Valdivia, una ciudad de la zona sur de Chile.
Aunque son mamá e hijo, era la primera vez que se veían en persona, que se tocaban, que se decían “te amo”.
Y es que cuatro décadas antes, en octubre de 1980, cuando González dio a luz a su bebé en el Hospital del Salvador de Santiago, la capital chilena, le dijeron que, como era prematuro, debía quedarse en la incubadora.
Al volver a buscarlo, le contaron que murió, y cuando pidió que le dejaran ver el cuerpo, le respondieron que se habían “deshecho de él”.
Pero en realidad, había sido dado en adopción a una pareja estadounidense, John y Fred Lippert-Thyne.
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