Un día de enero de 1995, un hombre llamado McArthur Wheeler, junto con un cómplice, atracó dos bancos en Pittsburg, Pensilvania, Estados Unidos.
Por: BBC
A pesar de que, como era de esperarse, había numerosas cámaras de seguridad y de que él no era un novato en aquello del robo a mano armada, no parecía haber hecho ningún esfuerzo de disfrazar u ocultar su apariencia.
No obstante cuando, después de arrestado, le informaron que lo habían identificado gracias a imágenes capturadas por la videovigilancia se quedó estupefacto.
“¡Pero me eché jugo de limón! ¡Me eché jugo de limón!”, le dijo perplejo a los aún más perplejos detectives.
El desconcierto de los detectives pronto se tornó en asombro cuando Wheeler les explicó a qué se refería.
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