María Durán camina por la finca La Esperanza, donde las plantas de agave se pierden de vista en el árido terreno. La adquirió junto a su esposo José de Luca hace cinco años con el propósito de hacer cocuy, una bebida con muy mala reputación en Venezuela.
Por vozdeamerica.com
El cocuy es una bebida ancestral a base de agave, similar a un mezcal mexicano, preparado de forma artesanal, que en los últimos años ha ganado reconocimiento internacional.
Pero, ¿por qué no goza de buena reputación entre los venezolanos?
Brebajes caseros adulterados o sin protocolos sanitarios mezclados con este licor contribuyeron a la mala fama del producto, prejuicios y estigma. En algunos casos, incluso, la bebida llegó a ser asociada a muertes.
“Toca por lo menos una década, si acaso no una generación, para limpiar por completo el nombre del cocuy”, comenta Durán a la Voz de América.
En cualquier bar de un barrio acomodado de Caracas, más de uno arruga la cara al oír del cocuy. “¿En serio?”, preguntan. Ya pasó lo mismo antes con el ron.
“En un pasado reciente, era una bebida que se asociaba con pobreza, ahora con calidad”, explica De Luca, el maestro bodeguero que coloca su firma a cada botella que produce Magno, la marca que lanzó al mercado con Durán hace dos años.
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