El año 2015 fue muy fatídico para Cristhian Sequera, un joven caraqueño que sufrió uno de los episodios más traumáticos que alguien pueda vivir en su vida, esto luego que un conductor desalmado lo atropelló junto a su amigo mientras conducían unas motos en Bello Monte.
lapatilla.com / Roy Andazol
Relata que despertó en un hospital con muchos tubos y sin entender lo que sucedía, hasta que los médicos le informaron que tenía comprometidas sus piernas y que probablemente no volvería a caminar.
Desde entonces confiesa que la vida se le ha hecho cuesta arriba y de no ser por su madre e hijo no tendría ganas de luchar.
Sequera lamenta con mucho dolor sobrellevar estar un país que no es inclusivo con las personas con discapacidad y no recibir las oportunidades necesarias que le permitan subsistir.
“En este país no hay inclusión para nada, no estamos aptos para personas con discapacitadas, ni auditivas ni personas que le falta algún miembro. Las calles tienen muchos huecos, si andas en silla corres el riesgo de tener una fractura mayor”, dijo.
Su madre, Luzbeida quintana, relata que en oportunidades ha tenido problemas con taxistas y camioneteros, que se niegan a subirlo a sus unidades de transporte por la silla de ruedas.
“La gente no está preparada para ayudar, yo sola tengo que moverlo para poder hacer las cosas. Es muy duro, las calles tampoco ayudan. Eso me duele mucho, yo trabajo con médicos y ayudo a las personas, no entiendo el motivo del rechazo”, agregó.
Cristhian no se ha limitado a pesar de toda esa situación y montó su propio negocio de venta de franelas en la Avenida Fuerzas Armadas. “Muchas personas lo ven como pequeñas cosas pero a mi me llena”, añadió.
Hasta ahora este joven solo espera poder completar el dinero para conseguir unas prótesis que le permitan volver a caminar y seguir saliendo adelante.
Aquí el reportaje: