El príncipe de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, admitió que le da igual el término “lavado de imagen” con el que se le acusa con sus inversiones en equipos de fútbol y en eventos deportivos como el LIV Golf, y aseguró que mientras le ayude a ganar más dinero, no le importa.
Arabia Saudí, a través de su fondo de inversión PIF, compró hace dos años el Newcastle United, además de crear el circuito LIV Golf, que se unió más tarde al PGA, y poseer cuatro de los equipos más importantes del país, el Al-Nassr, Al-Ahli, Al-Hilal y Al-Ittihad, que en sus filas reúnen a futbolistas como Cristiano Ronaldo, Sadio Mané y Karim Benzema.
La compra del Newcastle derivó, por ejemplo, en la implantación de una tercera camiseta la temporada pasada con los colores del país saudí y con que esta temporada la selección de Arabia Saudí jugara dos amistosos en St. James Park. Estas iniciativas llevaron a Amnistía Internacional a insistir en sus acusaciones de que PIF compró el Newcastle para blanquear su imagen.
“Si el lavado de imagen va a incrementar mi PIB un 1 %, entonces seguiré haciendo lavado de imagen”, dijo Bil Salman a la cadena Fox News.
“No me importa cómo lo llamen. Si tengo un crecimiento del 1 % gracias al deporte, voy a buscar un 1,5 %. Que lo llamen como quieran, pero voy a querer ese 1,5 %”, añadió.
Las acciones de Arabia Saudí en el deporte han sido ampliamente criticadas por el dudoso respeto a los derechos humanos que impera en un país que asesinó en 2018 al periodista Jamal Khashoggi por pronunciarse contra el régimen y en el que existen abusos contra las mujeres, contra los homosexuales y contra la libertad de expresión.
Aun así, su inversión en el fútbol, y en el deporte en general, no tiene freno y este pasado verano se destaparon como el gran destino para los futbolistas, con una inversión total en fichajes de casi 1.000 millones de euros.
A esto hay que sumar sus intentos para albergar el Mundial de 2030 o de 2034 y que próximamente hospedarán la Copa del Mundo de Clubes de la FIFA.
EFE