Josman Alberto Hernández Soto un futbolista profesional de Venezuela viaja en La Bestia rumbo a Estados Unidos para probar suerte en la MLS. Atrás dejó todo: el jersey color amarillo de Trujillanos FC (equipo para el que jugaba) la entrega en cada partido, las canchas, los entrenamientos, los tachones y el balón.
Por La Silla Rota
En Valera, su ciudad natal, a Josman le apodan “El gato”. Jugaba como volante para el equipo Trujillanos Fútbol Club en la segunda y primera división de la liga Futve de Venezuela.
De ser futbolista de primer nivel y, pese a los riesgos que implica la travesía, se internó en la mortal selva del Darién y más lugares peligrosos para cruzar México en algún vagón de carga de La Bestia, tren que lo llevará a la frontera. Viaja con el temor de caer (de perder alguna extremidad) del tren o en manos de los carteles mexicanos de la droga.
El joven volante central que quedó varado en Irapuato aparece en imágenes promocionales del Trujillanos FC besando el escudo de la playera de su equipo, el de su tierra natal en el estado de Trujillo, ciudad situada en la región de los Andes.
En vídeos de fútbol para la promoción de jugadores en YouTube se observa a Josman jugar en su posición de centrocampista recibiendo balones distribuyéndolos en el área rival. Levantando la cara para dar pases certeros y fugaces. Con soltura y destreza en las canchas venezolanas. Se le ve fiero recorrer cada centímetro del campo de juego a buscar la pelota.
Josman Alberto “El Gato” dejó Venezuela al igual que más de 7,7 millones venezolanos que salieron de su país para mejorar sus condiciones de vida, de acuerdo con información del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), organismo de las Naciones Unidas.
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