Unos pocos normalizadores expresaron apoyo a la propuesta de asistencia a las primarias por parte del CNE, son los mismos que apoyan los eternos diálogos con Maduro que hasta ahora no han obtenido resultados positivos, son los portavoces de la cohabitación y por supuesto de participar en el reparto de la torta de los beneficios de la menguada renta petrolera, para ellos la estrategia es normalizar las relaciones con Maduro porque no tienen como objetivo principal la salida del régimen a corto, mediano ni a largo plazo.
Le toca ahora al gobierno mover sus piezas dado que el plan con el CNE parece que no resultó como esperaban, la verdad es que están nerviosos y eso es peligroso no solo para las primarias, sino también para la integridad de los candidatos que pueden ser victimas de ataques por parte de los grupos violentos, lo que viene seguramente es utilizar a la justicia al servicio de Miraflores para detener la marcha esperanzadora del evento civil de escogencia de candidato para la elección de 2024, van a hacer todo lo que se les ocurra para impedir que el 22 de octubre los venezolanos nos expresemos democráticamente, pero cuidado con lo que inventan, porque esta claro que son minoría y la comunidad internacional le tiene el ojo puesto a lo que hagan, no se trata de una raya más para un tigre, en esta oportunidad los que no se han manifestado en el chavismo se pueden manifestar.
Para nombrar un caso, vi y escuché al periodista Miguel Salazar en su canal de Youtube criticar fuertemente a Maduro y a la claque política que tiene el poder, calificándolos de incapaces y corruptos, a Salazar no se le puede considerar un opositor, es un hombre consecuente con sus ideas de izquierda, apoyó a Chávez y Maduro y ahora no es que abrió los ojos y ve el desastre al que han conducido al país, porque siempre los ha tenido bien abiertos, es que se cansó de ser testigo del saqueo y en un gesto que lo enaltece responsabiliza a Chávez del militarismo y de entregar a los cubanos el destino de Venezuela, eso no le quita lo revolucionario, al contrario lo reivindica como tal, un revolucionario no es aquel que sigue ciegamente a un líder por una ideología particular, un revolucionario es aquel que lleva a su patria en el corazón y lleva como bandera la equidad y la justicia para beneficio de todos y no de unos pocos.
Así que es casi seguro que Salazar no es el único descontento, dentro de los factores de poder que apoyan a Maduro se hace más evidente la frustración y el desencanto, se puede afirmar que la esperanza está hoy depositada en el liderazgo que representa María Corina y el resto de los candidatos que compiten en las primarias, bloquear, sabotear, judicializar a los organizadores y participantes le puede costar al régimen mucho más de lo que espera, puede perder la poca legitimidad y apoyo que le queda y lanzar al país a un barranco más profundo que en el que se encuentra por causa de una revolución que nunca fue y nunca será.