Lo primero es que nadie puede celebrar un acto tan abominable como el ejecutado por los extremistas, financiados por Irán, en un territorio soberano y sobre una población civil.
Lo que el mundo acaba de ver es tan atroz como el atentado contra las Torres Gemelas aquel fatídico 11 de septiembre; sin duda, es un hecho aterrador y repulsivo.
Desde esta trinchera de opinión y desde mis principios quiero expresarle al pueblo de Israel y a toda la comunidad judía mi solidaridad ante tan espantosos sucesos que llenaron de sangre su país o tierra ancestral.
Es menester decir que nuestra sociedad que culturalmente está arraigada en la tradición occidental y forjada en los elementos judeo-cristianos está sentimentalmente muy cercana al pueblo de Israel.
Además, es ineludible que quienes profesamos la fe cristiana (católica o protestantes) estamos muy próximos a los israelitas, y también es meritorio decirlo, la causa extremista ha sido arropada por el extremismo político de la izquierda internacional, siendo éste otro motivo de distanciamiento de la violencia de esos grupos terroristas.
Me explico: En este momento verán todas las voces de la izquierda, ya sean del continente americano o de Europa, justificando la agresión de los sanguinarios extremistas contra Israel, lo que demuestra la vinculación de ambos sectores y la complicidad entre el mundo ultra radical musulmán y la obcecación socialista de este lado del mundo.
Es decir, política, cultural y religiosamente nuestras naciones occidentales, amantes de la libertad, la tolerancia y el respeto entre las religiones, deben cerrar filas con Israel y evitar que la violencia terroristas financiada por Irán se extienda.
Y otra cosa que es importante denunciar es que aquí en Venezuela, gracias a esta actitud cómplice de los socialistas, tenemos medio país dominado por grupos islamistas violentos. Es público y notorio como el chavismo ha sido cómplice de organizaciones terroristas como Hamas, la Yihad islámica y Hezbollah que no solo tienen presencia sino poder en nuestra nación.
Sobre todo lo expuesto, estas líneas también están dirigidas a hacer un voto por la paz y por el regreso de las negociaciones entre el mundo árabe e Israel.
Un voto porque se logre un cese el fuego y que los terroristas entiendan que sus actitudes no generen ni avance ni mucho menos simpatías, sino todo lo contrario.
Desde aquí queremos que Israel se ponga de pie ante esa acción rastrera que sufrió; y a su vez deseamos que la situación no signifique una escalada guerrerista que se prolongue en el tiempo. Pues, con la guerra todos pierden.
Paz y más paz; y unión entre todos los demócratas occidentales en contra de los extremismos religiosos y políticos.