Después de recibir amenazas de muerte por oponerse abiertamente al régimen de Nicolás Maduro, Víctor Macedo y su esposa huyeron y permanecieron un tiempo en España antes de venir a Estados Unidos.
Durante casi dos años, han vivido en Florida con el apoyo de familiares y amigos mientras intentaban construir una vida mejor para sus dos hijos.
Se encuentran entre varios cientos de miles de venezolanos que viven en Estados Unidos cuyas vidas podrían cambiar ahora que la administración del presidente Joe Biden les ofrece un estatus legal temporal que les facilitará la obtención de autorización para trabajar en Estados Unidos.
“Tenemos 18 meses de tranquilidad, sin miedo a ser deportados. Ese es el beneficio más grande, y el miedo más grande”, dijo Macedo, de 38 años, quien sueña con abrir una panadería como la que tenía su padre en Venezuela. “Ahora podemos comenzar a obtener ingresos como Dios quiso. Ya no dependemos de los familiares que tenemos aquí”.
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