“Conseguir cien victorias en cien batallas [electorales] no es el summum de la habilidad. Rendir al enemigo sin combatir es el summum de la habilidad”. El Arte de la Guerra, Sun Tzu, siglo VI a.C.
La coyuntura política en Venezuela se encuentra en un punto crítico, en el que las esperanzas de celebrar elecciones primarias se ven entrelazadas con desafíos significativos.
La primaria tiene una gran aceptación en la sociedad venezolana: 84% de la población ha expresado su apoyo a la elección autogestionada y manual que se llevará a cabo este domingo 22, según los resultados recientes de una encuesta realizada por Meganálisis. Estos datos reflejan un claro consenso sobre la importancia de estos comicios como una posible solución a la crisis que afecta al país. Además, aproximadamente 30% de los electores, lo que equivale a casi 4.500.000 personas, han manifestado una firme determinación de participar en este proceso electoral, según el mismo estudio de Meganálisis.
Por consiguiente, la cúpula liderada por Maduro aceptó su celebración como parte del último acuerdo con la administración Biden, que se formalizó entre la Plataforma Unitaria y el régimen en Barbados ayer. A su vez, los venezolanos consideran que el éxito de esta vía electoral, para alcanzar una solución a la destrucción del Estado y al colapso del bolívar como moneda -causados por 23 años de erráticas políticas- está vinculado al entendimiento alcanzado entre Miraflores y la Casa Blanca.
Sin embargo, la perspectiva de que el régimen de Maduro permita una elección presidencial justa, libre y competitiva y que María Corina Machado tenga éxito es percibido por los partidarios del cabellomadurismo y algunos opositores como radical y, en algunos casos, demasiado optimista. Pero, la idea de que la candidata de Vente Venezuela debe liderar la oposición, a pesar de las barreras del régimen, se ve como una opción sensible pero cuestionada, pues enfrenta tensiones internas y desafíos externos.
La primaria le otorgaría la legitimidad de origen para liderar las fuerzas democráticas.
Según la última encuesta de Delphos, María Corina es la líder de la oposición por un amplio margen frente a los 14 dirigentes evaluados, incluidos los abstencionistas (30%) e indecisos (23%).
La conexión emocional de María Corina Machado con las mayorías ha resultado en la consolidación de la unidad dentro del pueblo venezolano. Su liderazgo trasciende las fronteras de los partidos políticos, adquiriendo un carácter transversal. Este escudo popular le da el capital político para acometer la refundación de la República, un paso esencial en la reconstrucción del Estado democrático, en el cual se garantiza el respeto por la dignidad de cada individuo.
Su liderazgo aspira a conducir una Venezuela que una a toda la gente -cuenta con el regreso de los que han huido forzosamente por la falta de oportunidades y la miseria- bajo ideales comunes, multiplicando su fortaleza y seguridad en sí mismos. En este camino, compartido por las mayorías, se esfuerza por establecer una democracia que trascienda la mera participación electoral, enriqueciéndola con un concepto más amplio de ciudadanía. Este nuevo paradigma democrático se fundamenta en principios sólidos y una distribución equitativa de responsabilidades, y se caracteriza por el respeto mutuo entre todos los ciudadanos.
A pesar de las persistentes dudas sobre la legitimidad de las elecciones en Venezuela bajo el régimen de Maduro, la esperanza de un cambio es compartida por diversos sectores de la sociedad. Según datos recopilados por la reciente encuesta de Delphos, 59% de los venezolanos considera que la posibilidad de cambio está en sus propias manos, 23% cree que es potestad de los militares y 17% atribuye esa capacidad a la comunidad internacional. Solo 9,7% piensa que nadie puede hacer algo o no es necesario cambiar. Aunque existen preocupaciones legítimas sobre la integridad del proceso electoral, la presidencial se presenta como una oportunidad para movilizar no solo a la oposición política, sino a toda la población en general.
Por otro lado, las acciones emprendidas por el régimen madurista, como la supuesta inhabilitación de María Corina, tienen un impacto significativo en las expectativas de aquellos que anhelan el cambio. Estas amenazas buscan minar la confianza del electorado al insinuar que María Corina no tiene posibilidades de éxito en la contienda.
Adicionalmente, el levantamiento de las sanciones estadounidenses a la estatal petrolera Pdvsa confiere a Maduro una ventaja competitiva en el ámbito electoral. Los ingresos derivados de las exportaciones de petróleo le permitirían al régimen recuperar su capacidad para ejercer control social sobre la población mediante la distribución de alimentos a través de las cajas CLAPS, la implementación de incrementos salariales y el financiamiento de grupos paramilitares conocidos como “colectivos”. Por consiguiente, las percepciones acerca del avance en la implementación de los acuerdos y sus resultados tendrán un impacto significativo en el comportamiento tanto del régimen como de la oposición y la sociedad en general.
En consecuencia, se vuelve imperativo que el comité de seguimiento del acuerdo esté integrado por individuos independientes, tomando como ejemplo la Misión Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU. Esto garantizará una supervisión imparcial y efectiva de la implementación de los acuerdos y contribuirá a la legitimidad y transparencia del proceso.
Finalmente, las tensiones y fracturas en el seno de las fuerzas democráticas, que incluyen la cuestión de si María Corina Machado debe asumir el liderazgo, también ejercen influencia sobre las expectativas y la coordinación tanto de la oposición como de los votantes.
En conclusión:
– La mayoría de la población y la comunidad internacional esperan elecciones justas, competitivas y libres, pero el escepticismo basado en la historia reciente persiste.
– Hay un claro consenso sobre la importancia de la primaria como el primer paso para lograr la solución a la crisis que afecta al país.
– La figura de María Corina Machado y la unidad de la oposición politica se destacan como elementos cruciales para lograr el cambio deseado por la gran mayoría de los venezolanos, a pesar de existir un pueblo unido en torno a la líder de Vente Venezuela.
– Es esencial que el comité de seguimiento del acuerdo sea independiente para garantizar una supervisión imparcial y transparente de su cumplimiento.
– La ventana de oportunidad para Venezuela dependerá de cómo se manejen estas dinámicas, las expectativas y la coordinación en los próximos meses, y si la esperanza puede traducirse en un cambio real y sostenible para el país.