Visto y no visto. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha regresado a Washington tras una visita de menos de ocho horas a Tel Aviv, en la que ha lanzado un encendido mensaje de apoyo a Israel. El inquilino de la Casa Blanca había programado su viaje como un intento de mediación que impidiera una escalada del conflicto y moderara la reacción israelí a los atentados de Hamás. Pero la explosión del hospital Al Ahli al Arabi en Gaza se ha interpuesto en esos planes. Su respaldo a Israel, la valoración inicial de Washington de que la milicia palestina Yihad Islámica fue la autora del ataque y la cancelación de la cumbre prevista en Amán con aliados árabes corre el riesgo de alimentar el fuerte malestar entre estos Estados y acarrearle consecuencias también en su política interna.
Por El País
Este jueves a las ocho de la tarde (dos de la madrugada del viernes, hora peninsular española) tiene previsto pronunciar un discurso a los estadounidenses sobre el conflicto en Oriente Próximo y la guerra en Ucrania, según ha anunciado su portavoz, Karine Jean-Pierre.
Biden había apostado fuerte por esta visita para bruñir sus credenciales como mediador empático y respetado por todas las partes en una guerra entre Israel y Hamás que amenaza con extenderse. Y también para defender su política hacia Oriente Próximo, en la que había tratado de facilitar la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí y de suavizar aristas en sus lazos con Irán. Una política en la que había invertido años de trabajo y diplomacia y que ahora amenaza con saltar por los aires.
En cambio, tras sus entusiastas palabras hacia Israel y sus imágenes junto al primer ministro Benjamín Netanyahu —no compensadas con otros apretones de manos con líderes árabes—, se arriesga ahora a quedar identificado con la campaña militar que Israel se prepara a lanzar en Gaza. Una campaña que se teme sangrienta y contra la que ya clama la opinión pública árabe, muy especialmente tras la explosión en el hospital de la Franja. El Gobierno de Netanyahu atribuye lo ocurrido a un cohete de la milicia palestina Yihad Islámica. Los países árabes, a un misil de las fuerzas israelíes (IDF, por sus siglas en inglés).
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