Hace unos 4500 millones de años, el sistema solar era un gigantesco juego de pinball cósmico. En aquellos primeros tiempos, un cuerpo planetario del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, aún en formación. La colisión fue tan potente que desintegró el protoplaneta apodado Theia que impactó contra nuestro planeta y puso en órbita alrededor de la Tierra enormes cantidades de material que acabaron formando la Luna.
Un nuevo estudio sugiere que durante este impacto, Theia dejó parte de su material en la superficie de la Tierra aún en formación, y que los restos se hundieron en nuestro planeta. El estudio, publicado en la revista Nature, concluye que, en la actualidad, el material de Theia podría constituir dos enormes y densos trozos del manto terrestre.
Los científicos de la Tierra saben desde hace décadas que en la base del manto, cerca del límite con el núcleo, existen unas manchas de material más denso que tienen el tamaño de un continente. Este nuevo estudio, realizado por Qian Yuan, geofísico del Caltech (Estados Unidos), y sus colegas, utiliza simulaciones del impacto que formó la Luna, así como de la evolución del interior de la Tierra, para averiguar dónde pueden esconderse los restos del “agresor” y cómo pueden haber cambiado con el tiempo.
“Es un resultado muy emocionante y provocador”, afirma el científico planetario Robin Canup, del Southwest Research Institute de Boulder (Estados Unidos), que no participó en el estudio. “Significaría que tenemos material que puede decirnos más sobre Theia y ayudarnos a entender mejor el impacto de formación de la luna”.
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