La cúpula chavista organizó las cárceles para convertirlas en foco de defensa del régimen internamente. Fábrica de células durmientes y desestabilizadoras en el continente, repartiendo peligrosos delincuentes por las calles de América Latina. El caso Colombia, donde hicieron de la violencia arma desestabilizadora. Igual en Perú, Ecuador, Chile, ejemplos de la nueva línea trazada para destruir las democracias.
Estos recintos, son llamados “las escuelas del hampa”. Allí han gozado todo tipo de privilegios desde hace más de 20 años. Nadie veía ni decía nada, cuando en realidad el régimen les construía los palacios del crimen, que ahora cínicamente, desvergüenza descarada, dicen destruir para tapar ante los organismos internacionales semejantes violaciones.
Han formado los famosos “pranes”. Repartidos en las zonas estratégicas, así llamadas, y otros a Las órdenes del “Cartel de Sao Paulo y Puebla”, que deciden su ubicación y manejan los recursos provenientes del narcotráfico de “los Soles”, capos principales, liderizados por quien usurpa la Presidencia de la República.
La narrativa Castro- Chavista, mueve importantes organismos internacionales. Critican a Bukele por su exitosa política contra las pandillas, mientras miran para otro lado, ante este ejército de belitres entrenados en las cárceles venezolanas.
El usurpador despacha desde del palacio de Miraflores, centro del terrorismo mundial. Desde allí salen millonarios recursos, materiales e institucionales, que mantienen en marcha esta poderosa red, cuya última victima fue Israel. Los terroristas de Hamás, surten sus arcas a sacos llenos, que viajan a los centros mundiales ya conocidos.
El poder de fuego de las bandas supera con creces las unidades policiales, que son recibidas con fusiles, granadas y todo tipo de armas letales, como la usadas en la masacre por Hamás.
La estructura criminal alcanza los tribunales, al mando de otra banda, “los enanos”, que extorsionan para lograr parte del botín de este insaciable pillaje.
La nueva narrativa del régimen, que publicita su falsa actuación en las cárceles, es otro engaño más. “Los pranes” están libres, son de distintas categorías, entre ellos los 200 Generales que pisotean las fuerzas armadas y son la columna vertebral de esta delincuencia organizada.
La tortura a los presos políticos y militares
Violencia pura, contra aquellos que se oponen a esta comunidad de hampones. Se practica en los centros de la ignominia, como “el helicoide”, donde la gendarmería invasora de los cubanos, han instaurado un total Estado terrorífico, bajo métodos de tortura modernos. Se encarga de proyectarlos el sanguinario Jorge Rodríguez, quien también tendrá que responder por crímenes de lesa humanidad.
Un crimen brutal, como el del Fiscal Danilo Anderson, es una muestra de la impunidad que campea en Venezuela. Mientras el Fiscal de la época Isaías Rodríguez, presunto indiciado en este hecho, continúa disfrutando de las mieles del poder, inocentes como los hermanos Guevara tienen casi dos décadas en un calabozo macabro de los tiranos.
Hace cinco años denuncié: “El SEBIN es la seguridad nacional. Es la DINA Chilena, es el hoyo oscuro, tenebroso, que acecha a Venezuela. Maduro es el Pinochet del siglo XXI, es la brutalidad hecha represión. Es un lóbrego oficiante de la autocracia, actúa con impunidad y sin un mínimo rasgo humanitario. Es un hombre que se inventa atentados y los constituye en pasaporte para la jauría del terror”.