Hawái es el nombre del paraíso, epítome de la paz, el wellness, la aventura y la diversión en sus parques nacionales, resorts y luaus. Sin embargo, la historia del último estado en adherirse a la Unión Americana es más compleja y larga que la tranquilidad que parece llenar sus frondosas selvas y playas en la vastedad del Pacífico.
Por Muy Interesante
Gracias a las erupciones que dieron origen al archipiélago, los fértiles campos de Hawái fueron usados desde el siglo XI por pueblos polinesios provenientes de las islas Marquesas, Raiatea y Bora Bora. Con el tiempo, su población fue en aumento debido a prácticas ecológicas y agrícolas que combinaban agricultura, pesca marina y sistemas de jardinería enraizados en sus creencias espirituales y religiosas.
Occidente llega a las islas
El primer europeo que llegó al archipiélago fue el explorador británico James Cook en 1778, aunque algunos historiadores debaten si el español Ruy López de Villalobos lo habría hecho en 1542, cuando partió de Acapulco hacia Filipinas. En su segunda visita a las islas, Cook riñó con los nativos, robó algunos ídolos y tomó como rehén al rey Kalani??pu?u, lo que llevó a que la población lo atacara y fuera asesinado.
La posterior publicación de los viajes de Cook atrajo a muchos exploradores, comerciantes, misioneros y balleneros europeos al reino de Hawái. Para 1819, durante el reinado de Kamehameha II, muchos hawaianos originarios habían sido transformados al cristianismo por los misioneros estadounidenses, imponiendo costumbres occidentales que buscaban “civilizar” a los nativos. Al final, en 1840, el reino se convirtió oficialmente al cristianismo.
Mientras los colonizadores y sus descendientes desarrollaban negocios en las islas, centrados en la producción de azúcar, la propiedad privada de Hawái pasó a manos de los empresarios extranjeros, quienes para la década de 1890 contaban con el 75% del archipiélago.
Estados Unidos toma Hawái
Los hawaianos blancos pronto quisieron saltar del ámbito empresarial al político, así que impulsaron la antimonárquica Constitución del Reino de Hawái en 1887. Con ella (y bajo amenaza de violencia) se redujo la mayor parte del poder al entonces rey Kal?kaua, transfiriéndolo a una coalición de estadounidenses, europeos y colonos.
El rey continuó como un soberano simbólico hasta su muerte, en 1891, cuando la reina Liliuokalani asumió el trono; ella sería la última monarca de Hawái. Los nativos buscaron restaurar el poder de la reina al recabar firmas para redactar una nueva constitución; de 9,500 votantes, 6,500 la firmaron.
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