Miguel Ángel Martínez: 10 reflexiones del tercer debate presidencial de Argentina

Miguel Ángel Martínez: 10 reflexiones del tercer debate presidencial de Argentina

A pocos días de la segunda vuelta presidencial, el debate final entre Javier Milei y Sergio Massa se convirtió en una de las principales acciones de campaña de ambos candidatos. Estas son algunas de las reflexiones que nos dejó este importante evento democrático:

Profesional vs. Amateur. El candidato Sergio Massa fue quien tuvo un mejor desempeño durante todo el debate. Una vez más quedó en evidencia que en esta segunda vuelta él es el político profesional y que el candidato de La Libertad Avanza es un ciudadano en política, un economista, un outsider o un tipo con suerte que supo identificar un nicho en la necesidad de cambio que exige la sociedad argentina.

El mensaje y el eje. Cualquier intervención pública tiene como objetivo supremo el de llevar un mensaje el cual esté alineado con una estrategia, en ella, además de las palabras claves y las audiencias, también se definen los medios y las formas. En esta etapa de la campaña, Milei particularmente debe mostrarse mesurado y tranquilo, sin perder la esencia de su mensaje y la efervescencia de su estilo, esto sin que nada ni nadie lo haga perder el eje o el equilibrio emocional. Aunque Massa intentó sacarlo de su eje, fue positivo que en líneas generales durante el debate no lo haya logrado. Por su parte, Massa, siendo parte de un gobierno catastrófico con indicadores fatídicos, lo transitó con sosiego, tan impune, que ni se notó en el debate.

Massa intentó acorralar a Milei en el debate, pero no tuvo demasiado éxito. La estrategia se basó en preguntas dicotómicas “por sí o por no” para acorralar a Milei en respuestas sin atenuantes, sin explicaciones. Massa dejó en evidencia el recurso y su coacheo previo, al cual muchos aluden a sus asesores brasileños. 

¿Quiénes son estos brasileños que apoyan a Massa? Se presume que son especialistas de comunicación del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, enviados por el mismísimo Lula Da Silva. Su principal tarea sería la creación de contenido emocional para sembrar miedo en votantes indecisos. Desde su arribo, posterior a las PASO, se podría inferir la razón por la cual el miedo le ganó a la bronca de agosto a octubre.

Call to action. El llamado a la acción estuvo presente en cada alocución del ministro-candidato, la tarea era simple: Googlear. Massa utilizó de forma reiterativa un recurso que le hubiese sido muy útil, sin embargo, podría pecar en subestimar la inteligencia del ciudadano, dado que al escribir “Milei” en el famoso buscador lo primero en aparecer era contenido pautado por Unión por la Patria en un portal engañoso titulado “Lo que dice Milei”. 

Palabra clave del debate: Falacia. ¿Qué es? En lógica, una falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas se usan intencionalmente para persuadir o manipular a los demás. Palabras similares: engaño, mentira, ficción, falsedad, fraude.

Comunicación no verbal. Sólo algunos breves comentarios. Aferrarse a objetos como lapiceras denota inseguridad (Milei), frotarse las manos puede ser una señal de transmitir confianza -del resultado- o satisfacción y la tos es un gran distractor; puede tener dos lecturas: se sentía incómodo ante un planteamiento o buscaba incomodar al otro interlocutor.

¿El efecto del debate influye sobre el resultado de la elección? Podría serlo, especialmente porque a pocos días de la elección aún hay muchos ciudadanos indecisos en depositar su voto -como ejercicio democrático pero también de confianza- por Sergio Massa, Javier Milei o el voto en blanco. Tomemos en cuenta que este debate ha sido una de las principales acciones de campaña de ambos candidatos, en medio de esta tensa calma política que vivimos desde el 22 de octubre.

¿Quiénes fueron los grandes ausentes en el debate? Algunos socios políticos de los candidatos, la altísima inflación, el ensimismado presidente Alberto Fernández, la corrupción K y también “lo que dijo Massa” de sus actuales socios.

En resumen, con el debate gana la democracia -en su cumpleaños número 40- porque el mejor debate es el que se hace. Sin embargo, este particularmente dejó claro que más allá de que alguno de los dos candidatos será el próximo presidente de Argentina, hay un gran vacío de representatividad.

¿Gana el debate quien tiene la razón? No. ¿Gana el debate el profesional o el amateur? La respuesta sencilla sería decir que lo gana el profesional, pero con el descreimiento de la política y los políticos, mostrarse como alguien que no viene de la política podría ser una ventaja competitiva.

¿Apoya usted a Massa? Vaya a votar y no nombre a Milei. ¿Apoya usted a Milei? Además del voto, anótese en la fiscalización, principalmente en el conurbano y donde pisan fuerte los punteros K.

 

Miguel Ángel Martínez 

Asesor en Comunicación Política e Institucional 

X: @MartinezMiguell 

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