La sexta temporada abordó el accidente en París y el luto por la princesa Diana, episodio sensible en la historia de la realeza británica
En la reciente temporada de The Crown, la narrativa condujo a uno de los episodios más impactantes en la historia contemporánea. La princesa Diana de Gales, figura que despertaba admiración en el mundo por su belleza e intervención en causas sociales, falleció en 1997, durante un accidente automovilístico en París. ¿Cómo se trasladó a la serie de Netflix este suceso y sus implicancias? A través del podcast Still Watching, Christian Schwochow, director del capítulo cuatro “Aftermath”, dio detalles sobre su enfoque para la realización del emotivo episodio, que narra (en clave ficcionada) cómo la familia real lidia con la impactante noticia.
Por Infobae
Con experiencia previa en episodios significativos —como el que presenta el divorcio de la princesa Diana y el Príncipe Carlos en la quinta entrega—, Schwochow estableció una conmovedora conexión con la actriz Elizabeth Debicki. La intérprete ha sido elogiada por los espectadores debido a su impecable labor; y su inmersión en los últimos momentos de su personaje es una de las fortalezas de The Crown.
Una pérdida que enlutó al mundo
El realizador alemán confirmó que Peter Morgan había decidido no mostrar en pantalla ni la colisión del auto, ni el cuerpo inerte de Diana. Sin embargo, Debicki sí estuvo presente para el rodaje de la escena en que el príncipe Carlos (Dominic West) reconoce el cadáver de su exesposa. La cámara no la capta, pero ella estaba en el set para construir la atmósfera emocional requerida para ese momento. “Tenemos que contar la historia y queremos contarla, pero de la forma más respetuosa posible”, enfatizó Schwochow en el podcast de Vanity Fair.
Otro detalle que resalta la producción es el uso de piezas musicales y la ausencia de diálogo en los momentos clave de duelo familiar, sobre todo cuando la noticia de la muerte de Diana llega a la residencia real. El objetivo fue crear distancia por respeto a la familia “y para no explotar el drama por el que todos pasaron”, agregó.
Pero el elemento más controversial en este tramo de la ficción fueron las “visiones póstumas” de Diana y Dodi Fayed experimentadas por algunos miembros de su familia. Aunque reportes indican que los miembros de la realeza consideraron que esta representación fue extremadamente dolorosa, Schwochow justifica su elección explicando las extensas deliberaciones realizadas. Para el realizador, no se trata de un “fantasma”; sino se aproxima más a un recuerdo que está destinado a ofrecer una última conexión emocional a los personajes y espectadores.
Dichas apariciones fueron presentadas “sin artificios”, y como si fuesen personajes de carne y hueso. A pesar de su inicial inquietud, el director comparte la convicción de su equipo de que la inclusión de estos momentos fue adecuada y justificada.
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