Santa Claus, un pequeño pueblo ubicado en el condado de Spencer en Indiana (EE.UU.), contesta cada año gratis y de forma personalizada las miles de cartas que recibe en su oficina de correos dirigidas a Papá Noel, con el objetivo de “llevar alegría a los niños”.
Así lo explicaron este miércoles la fundadora del Museo de Papá Noel, Patricia Koch, y la directora ejecutiva de la Oficina de Turismo del Condado de Spencer, Melissa Arnold, en una sesión informativa virtual organizada por el Centro de Prensa Extranjera del Departamento de Estado estadounidense.
“Somos muy exigentes a la hora de responder a las cartas. Es un trabajo de amor por el que no hay que pagar un centavo, el franqueo y todo lo demás es gratis”, aseguró Koch sobre dicha actividad, organizada por el museo que dirige.
En 1852, el que hoy es el pueblo de Santa Claus se llamaba Santa Fe y, ante una solicitud denegada para la apertura de una oficina de correos estadounidense en la localidad porque ya existía otro Santa Fe en el estado, sus residentes decidieron cambiarle el nombre.
Para rebautizarlo, se dice que se escogió el nombre de Santa Claus debido a que, ese año, el viento abrió las puertas de la iglesia de la población durante Nochebuena y se pudieron oír las campanas de los trineos en la lejanía.
Después del establecimiento de la oficina de correos en Santa Claus en 1856, los líderes municipales decidieron utilizar este singular nombre para impulsar el turismo en la localidad, que ahora recibe “con los brazos abiertos” a visitantes de todas las partes del mundo, según explicó Arnold.
Un grupo de voluntarios, coordinado por Koch, se encarga en el museo de dar respuesta en nombre de Papá Noel a miles de cartas dirigidas al personaje legendario, que llegan a la comunidad.
“Los voluntarios se inscriben en línea y les hacemos una formación antes de empezar oficialmente con las respuestas a las cartas el lunes, después de Acción de Gracias, aunque mi familia siempre empieza antes”, dijo la directora del museo.
Esta práctica se inspira en lo que hacía el trabajador de la oficina de correos una vez se inauguró una dependencia en la localidad, quien respondía a muchas de las cartas dirigidas a Papá Noel que llegaban.
De hecho, el padre de Koch fue Santa Claus desde 1930 hasta 1984 porque, según explica ella misma, cuando el hombre volvió de la Primera Guerra Mundial vio que el encargado de correos estaba muy ocupado con las cartas de los niños y decidió ayudarlo.
“Es un legado familiar”, apuntó Koch, a lo que Arnold añadió que, aunque el número de escritos recibidos “varía mucho” de un año a otro, es “increíble” que los niños sigan escribiendo y enviando cartas por correo.
Ambas representantes se mostraron “asombradas” por la cantidad de niños que, en sus cartas, se preocupan por los que no tienen tanto como ellos; “me alegra y me da esperanza leerlas”, afirmó Koch.
Arnold, por su parte, aclaró que el reclamo de la ciudad es ser la única en todo el mundo con una oficina de correos que tenga ‘Santa Claus’ como nombre, puesto que existen otras localidades y barrios que se llaman así, pero no su oficina de correos. EFE