El papa Francisco pidió hoy a los gobernantes del continente americano que se ocupen de “resolver las desigualdades” y afronten “el doloroso fenómeno de las migraciones”, en el mensaje de Navidad leído desde el balcón de la fachada de san Pedro antes de la bendición ‘utbi et orbi’.
“Que el Hijo de Dios, que se hizo un Niño humilde, inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas”, dijo Francisco en este mensaje en le que tradicionalmente pide la paz para los diferentes conflictos del mundo.
Al igual que otros años, también Francisco hizo una referencia al continente americano, aunque sin especificar países, e instó a sus gobernantes “a luchar contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades y a afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones”.
El pasado 17 de diciembre, durante el rezo del ángelus, Francisco lamentó la situación de los miles de inmigrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá, y reclamó “una respuesta humanitaria” para “evitar esta trágica realidad”.
“No pueden perder la vida en esa selva. Hace falta el esfuerzo conjunto de los países más directamente interesados y de la comunidad internacional para evitar que esta trágica realidad sea silenciada y ofrecer una respuesta humanitaria”, agregó.
Durante el mensaje, en el que pidió el fin de la guerra en Gaza, pero también en Ucrania, Siria, Yemen o que cesen las tensiones entre las dos Coreas y en Sudán, Sudan del Sur, Camerún o la República Democrática del Congo
También hizo un llamamiento para que se dejen de fabricar armas.
“Pero para decir no a la guerra es necesario decir no a las armas. Porque si el hombre, cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después los usará. ¿Y cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan?”, observó Francisco.
EFE