“Una voz me ordenó que matara a mi padre”, así, el denominado parricida de Los Polvorines, en Argentina, confesaba el homicidio de su padre, Eduardo Iocca, asesinado de una puñalada en el corazón. La víctima, además, fue golpeada con “un elemento contundente”.
Por La Nación
En su confesión ante la fiscal de Malvinas Silvia Bazzani González, Diego Iocca, de 27 años, afirmó que “remató” a su padre con un martillo, herramienta que fue secuestrada en la escena del crimen, según informó la agencia de noticias Télam.
Antes de la audiencia, el joven fue sometido a una evaluación psiquiátrica de urgencia con especialistas que concluyeron que se encontraba en condiciones de prestar declaración indagatoria.
Las fuentes judiciales citadas por Télam explicaron que el imputado “estaba internado en un centro de salud mental y podía salir los fines de semana para ir a su casa”.
El homicidio ocurrió el domingo a la noche en una casa situada en Darregueira al 1000, en Los Polvorines, en Malvinas Argentinas. Según la reconstrucción que pudieron hacer los investigadores, el joven comenzó a discutir con su padre por dinero, y en ese contexto, comenzó a atacarlo hasta que el hombre se encerró en su habitación para evitar las agresiones de su hijo.
Unas horas después, la esposa de Eduardo y madre de Diego llegó de trabajo, en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Malvinas Argentinas, y encontró a su pareja fallecida.
Entonces, la mujer llamó al número de emergencias 911 y personal de la comisaría de Los Polvorines de la policía bonaerense descubrió que la víctima tenía una herida que había sido provocada por un elemento contundente.
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