En el séptimo episodio del podcast Medio siglo de periodismo Alberto Amato cuenta cómo fue ir a cubrir el intento de asesinato del Sumo Pontífice
El 13 de mayo de 1981 un hombre disparó cuatro veces contra el papa Juan Pablo II. Mientras Su Santidad recorría la plaza San Pedro subido en el Papamóvil, recibió tiros en la mano, el brazo y el abdomen. Estaba grave. Ese día Alberto Amato -que había escuchado la noticia por radio- llegó temprano a la redacción de la revista Gente y horas después estaba en el aeropuerto de Ezeiza. Su destino era Roma, para ir, ver y contar lo que había pasado.
Por Infobae
En el nuevo episodio del podcast “Medio siglo de periodismo”, Amato recuerda cómo fue la decisión de las autoridades de la revista que lo enviaron a Italia horas después de que Mehmet Alí Agca, un turco de 23 años, atentara contra Juan Pablo II. Alí Agca había apuntado su pistola Browning contra Karol Wojtyla, el polaco que había comenzado su papado en octubre de 1978 al suceder a Juan Pablo I, quien murió a los 33 días de haber sido ungido.
Cuarenta y dos años después Amato recrea el momento de su arribo al Vaticano mientras el Papa estaba en una clínica en manos de los médicos que intentaban salvarlo. No se sabía cuál era la condición de la salud de Juan Pablo II: “Llegué a la Plaza San Pedro corriendo. El Vaticano estaba a oscuras, había solo una luz un poco espectral que iluminaba las habitaciones del Papa y todo el resto a oscuras. Estaba lleno de gente. Había una misa y un coro. Era realmente un paisaje de enorme dolor”.
Aquellas primeras noches de vigilia en San Pedro en las que el Papa se debatía entre la vida y la muerte, fueron descriptas por Amato, el cronista que había iniciado su carrera como periodista profesional ocho años antes del atentado.
Después de una complicada operación que duró cinco horas y media, los médicos le salvaron la vida al primer Papa no italiano desde el siglo XVI.
Dos años más tarde de la condena, Juan Pablo II visitó a Agca en la cárcel romana de Rabibbia para otorgarle su perdón. Lo había hecho en varias ocasiones: “Rezo por el hermano que me disparó, a quien he perdonado sinceramente”, había dicho en más de una ocasión. El 27 de diciembre de 1983 lo hizo en persona. Aquel día Juan Pablo habló veintidós minutos con Agca, que vestía un suéter de un color azul cercano al celeste. El Papa vestía de blanco, igual que el 13 de mayo de 1981, cuando se produjo el intento de asesinato.
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