El gremio hotelero es desde hace varios años uno de los más golpeados por la crisis económica que atraviesa el país. La pérdida del poder adquisitivo de la mayoría de la población venezolana se traduce en menores posibilidades de que, por ejemplo, una familia clase media pueda pensar en unas vacaciones en algún lugar turístico y mucho menos en pagar un hotel.
Por Javier A. Guaipo/ Corresponsalía lapatilla.com
Especialistas han señalado en varias oportunidades que la realidad de la nación también ocasionó la disminución de congresos, conferencias y grandes eventos en estados puntuales. Esto redujo esa ventana al sector hotelero y en el estado Anzoátegui no escapan de esa realidad.
Para colmo de males, en 2020 llegó un golpe letal cuyo efecto se extendió por casi dos años: la pandemia del Covid-19. Personas ligadas al gremio en la entidad oriental reconocen que hasta la fecha no se han podido recuperar totalmente de eso y en los últimos meses ha surgido una nueva complicación a la que deben hacerle frente: el incremento de opciones de alquiler informal para los turistas.
Competencia desleal
Dianne Serrano, directora ejecutiva de la Asociación de Hoteleros del estado Anzoátegui (Ahotanz), considera que existe una competencia desleal a la hora de evaluar los costos que ofrecen los hoteles en comparación a las personas naturales o incluso agencias inmobiliarias que brindan opciones de hospedaje informal.
“Lo primero que debemos tomar en cuenta es que los hoteles tienen que cumplir con una carga tributaria y estar al día con una serie de permisos especiales como, por ejemplo, de bomberos para poder operar. En cambio, quienes alquilan casas, apartamentos o villas no tienen esa obligación y por eso pueden ofrecer precios hasta en un 50 % menos”, indicó.
Serrano también detalló que en los hoteles se le brinda al visitante la garantía de seguridad con personal de vigilancia y sistema de cámaras, estacionamiento y la atención personalizada que ameritan. Añadió que en los hospedajes clandestinos en villas, conjuntos residenciales, apartamentos y demás no suelen ofrecer nada de esto, porque en muchos casos el propietario ni siquiera está en el país.
“Otra de las desventajas de los alquileres en condominios es precisamente que si el dueño está lejos, le está dando la oportunidad de entrar a su casa a extraños que pudiesen aprovechar eso después. Peor aún, puede terminar afectando al resto de vecinos, tanto por el tema de la seguridad como por la tranquilidad”, señaló.
Baja ocupación
Marbely Zambrano, presidenta de la Cámara de Turismo del estado Anzoátegui (Caturanz), coincidió en el tema del desequilibrio de la competencia entre hoteleros y el hospedaje informal. Además, ve con preocupación que los segundos están tratando de sumar servicios para seguir posicionándose como la mejor opción para los turistas.
“Ya sabemos que en algunos lugares están incluyendo camareros y servicios de comida, lo que les da una ventaja extra a la que es difícil hacerle frente”, afirmó.
Hay que mencionar que esta situación de alquileres a través de plataformas como Airbnb, agentes inmobiliarios o personas naturales que simplemente ofrecen la alternativa por internet, fue una de las razones por las que los hoteleros de Anzoátegui registraron un 8 % de ocupación en la temporada decembrina de 2023, según Serrano.
Agregó que la cifra fue un duro golpe para las expectativas que traían, pues los números descendieron más de 50 % respecto al asueto de Navidad y Fin de Año de 2022.
Preocupación
José Donato Savignani, miembro de Caturanz y de la Federación Nacional de Hoteles, había mostrado meses atrás su preocupación por la proliferación de opciones carentes de personalidad jurídica y que, por ende, podían ofrecer costos más atractivos.
En su condición de propietario alertó que el panorama luce más oscuro para quienes tienen hoteles de tres estrellas, pues la casi nula ocupación ha obligado a más de uno a cerrar sus puertas o vender.
Por publicaciones de agencias inmobiliarias en Instagram, se pudo conocer que para Carnavales de 2023 ofrecieron hospedaje en conjuntos residenciales como Guaica Suite, Villasol Suites, Doral Beach, Puerto Aventura, Avilamares o Casa Bote, todos ubicados en la zona norte de Anzoátegui.
Los precios en ese entonces variaban, según la ubicación y capacidad, pero iban desde los 60 dólares diarios en lugares para cuatro personas a los 300 dólares en propiedades para albergar 10 personas. Actualmente en los hoteles, dependiendo de los mismos factores, van desde los 120 a 300 dólares al día aproximadamente, de acuerdo también a los lujos que ofrezca.
Savignani enfatizó que, por si fuera poco, los hoteles deben cancelar servicios públicos calculados por tarifas comerciales, que suelen ser mucho más altas que la que cancelan los condominios.
Llamado de atención
Los voceros del gremio hotelero en la entidad oriental exhortaron a la Corporación de Turismo del estado Anzoátegui (Coranztur), Ministerio de Turismo y demás entes para que tomen cartas en el asunto y pueda existir un equilibrio en el que convivan todos en armonía.
Desde Ahotanz puntualmente piden que se hagan respetar las leyes de turismo, que entre otras cosas, deja claro cuáles son los espacios que pueden ofrecer hospedaje temporal y cuáles no. También recordaron que los hoteles están en la obligación de proporcionar información diaria a las autoridades sobre sus huéspedes, mientras que en los conjuntos residenciales eso no ocurre.
Adecuación
Recientemente el gobernador de Anzoátegui, Luis Marcano, destacó que muchos hoteles que en principio fueron ideados para hospedar a trabajadores de la industria petrolera, están en un proceso de adecuación para convertirse en una alternativa de peso para turistas.
También resaltó que, pese a las dificultades económicas que ha tenido el país en los últimos tiempos, en la zona norte del estado se inauguraron dos hoteles cinco estrellas en menos de dos años, ubicados en Lechería.
Aseguró, además, que están haciendo las gestiones necesarias para seguir potenciando la entidad como uno de los principales destinos turísticos a nivel nacional e internacional. Sin embargo, resta esperar a ver si esto finalmente beneficia a los hoteleros, pues al menos en la temporada decembrina de 2023 eso no ocurrió.