Tras haber realizado una gira por España en 2023, regresa al Teatro Trasnocho: “Mi último delirio”; monólogo protagonizado por Héctor Manrique.
Construido bajo la asesoría de la historiadora Inés Quintero, tomando como materia cartas y documentos escritos por nuestro Libertador Simón Bolívar, mostrándolo en escena durante la última etapa de su vida de una manera más humanidad y real a raíz de su palabra escrita; se presentará del 26 de enero al 4 de febrero sólo por seis funciones los viernes a las 6 pm y sábados y domingos a las 5 pm, y un precio especial o “solidario” de 5$ en todas sus entradas (o su equivalente en moneda nacional), que ya se pueden adquirir en la taquilla del Trasnocho Cultural (C.C. Paseo Las Mercedes) o por la página web: Ticketmundo.com.ve (@ticketmundo_ve).
“Mi último delirio” regresa a escena caraqueña bajo la dirección de Pedro Borgo, la adaptación de Héctor Manrique, Pedro Borgo y Pilar Arteaga sobre la investigación histórica y asesoría de Inés Quintero, vestuario de Eva Ivanyi, diseño de iluminación de José Jiménez, coreografía de Brixio Bell y música del maestro Aquiles Báez (+), quien compuso temas especialmente para este monólogo, que el año pasado tuvo su primea gira internacional por ciudades de España como: Aranjuez, Madrid y Almagro (en esta última dentro de un festival iberoamericano de teatro contemporáneo).
Sobre este unipersonal que se presenta en el marco de los 41 años del Grupo Actoral 80, Manrique resalta la reacción que se ha llevado el espectador por cómo se muestra al Libertador en las tablas: “la sorpresa que produce que tengas a un Bolívar donde ves sus fragilidades humanas, que se baja de la estatua y del caballo y lo sientes más cercano y humano con lo que pareciera una especie de pensamiento clarividente de cómo la situación actual del país, se refleja en esas cartas que él mismo escribió; es un espectáculo que tiene una especie de dramaturgia vivencial, pues todo lo que digo en escena lo escribió el Libertador y es una obra que te sorprende por la capacidad visionaria que tuvo sobre nuestras debilidades”.
También destaca la pertinencia de esta pieza para el público en general: “nosotros los venezolanos podemos reconocernos mucho más orgánicamente a partir de esta figura que acobija prácticamente todo lo que hacemos, nuestra moneda se llama ‘bolívar’, hasta el país se llama así, en cada pueblo que llegues hay una Plaza Bolívar, cosa que no pasa en otra parte del mundo. Este personaje que está como en una especie de sombra constante sobre nosotros, de pronto lo bajas y al bajar esa sombra aparece como una luz sobre él mismo, con el que hasta podrías dialogar y conseguir respuestas satisfactorias”.