Los rebeldes hutíes chiíes del Yemen anunciaron este lunes que atacaron el domingo un buque militar estadounidense en el golfo de Adén, en el sur del mar Rojo, en un momento en el que la tensión sigue escalando entre Estados Unidos y las milicias chiíes respaldadas por Irán.
“Con la ayuda de Dios Todopoderoso, la fuerza naval de las Fuerzas Armadas del Yemen (como se autodefinen los hutíes) lanzaron en la noche del domingo un misil naval adecuado contra un barco de la Armada estadounidense, el Lewis B Puller, mientras navegaba en el Golfo de Adén“, dijo el portavoz militar hutí, Yehya Sarea, en su cuenta oficial en X.
El vocero no dijo si el misil alcanzó su objetivo en este ataque, aun no confirmado por Estados Unidos.
Según Sarea, “entre las tareas del buque (atacado) está la de brindar apoyo logístico a las fuerzas estadounidenses que participan en la agresión contra nuestro país” en alusión a los ataques de EE.UU. y el Reino Unido contra supuestas bases de lanzamiento de drones y misiles hutíes por su amenaza a la navegación en el mar Rojo.
El portavoz hutí reiteró que el nuevo ataque “se enmarca dentro de las medidas militares adoptadas por las ‘fuerzas armadas yemeníes’ en defensa del querido Yemen y en confirmación de la decisión de apoyar al oprimido pueblo palestino“.
Los hutíes hicieron este anuncio después de haber lanzado un ataque con misiles que causó un incendio en el petrolero Marlin Luanda mientras navegaba por el golfo de Adén.
La compañía propietaria, la multinacional de transporte de materias primas Trafigura, domiciliada en Singapur, dijo el domingo que los miembros de la tripulación, todos a salvo, consiguieron extinguir el incendio, si bien afirmó, como otras navieras, que evalúa los riesgos de cualquier viaje que implique el paso a través del mar Rojo.
La tensión en esa región, estratégica para el comercio internacional, coincide con la escalada que se está extendiendo más hacia el norte por los ataques de milicias iraquíes pro iraníes contra bases con presencia militar estadounidense en Siria e Irak.
El último de éstos ocurrió el domingo y causó la muerte de tres soldados estadounidenses y heridas a otros 34, incluido 8 graves, en una bases situada en la frontera entre Siria y Jordania.
Ese supuso el primer ataque mortal contra tropas de EE.UU. desde el estallido en octubre de la guerra entre Israel y Hamás.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió que los responsables rendirán cuentas “en el momento y de la manera” que Estados Unidos elija. EFE