La prisión IK-3 se encuentra a casi 2.000 kilómetros al noreste de Moscú, justo encima del Círculo Polar Ártico. Situada en la pequeña localidad de Kharp, en el oeste siberiano, también recibe el sobrenombre de “Lobo polar”, pues está rodeada de cientos de kilómetros de tundra y los montes Urales. La prisión fue fundada en la década de 1960 y tiene una capacidad para 1.000 personas. En invierno, las temperaturas nunca superan los 10 grados bajo cero y podrían llegar incluso a los 28 grados bajo cero. En esta estación, la luz del día no dura más de dos horas.
Por larazon.es
Según una última sentencia, Navalni debía cumplir una pena de prisión de 19 años, en un “régimen especial”. Según “Moscow Times”, Navalni fue enviado a esta nueva prisión para un “aislamiento máximo”, en el marco de las próximas elecciones presidenciales rusas de 2024.
Heredado del Gulag soviético, el sistema penitenciario ruso ha cambiado poco. Según explica el medio de comunicación ruso independiente “Vyorstka”, los prisioneros sufren abusos, carecen de ropa y bienes esenciales y también son abusados física y psicológicamente.
“No digo ‘ho ho ho’, sino ‘oh oh oh’ cuando miro por la ventana, por donde puedo ver la noche, luego la tarde y luego la noche”, explicó el destacado opositor ruso en un vídeo que envió a sus seguidores tras ser trasladado a esta cárcel, que se encuentra en uno de los territorios rusos situados más al norte del planeta. Sobre el traslado, aseguró que fue “muy cansado” e incluso que creyó que nadie sabría de él hasta mediados de enero.
Su entorno, incluidos sus propios abogados, llevaban varias semanas denunciando su desaparición, después de que no compareciese en varias vistas judiciales. “Por eso me sorprendió cuando abrieron ayer la puerta de la celda y me dijeron: ‘un abogado a venido a verme'”, contó Navalni en el vídeo, agradecido por todo el apoyo.
Aislamiento máximo
“Las escasas mejoras materiales no han cambiado la lógica militar y degradante del sistema penitenciario [ruso] en los últimos treinta años”, declaró recientemente a”Le Monde diplomatique”, Hugues de Suremain, cofundador de la Red Europea de Litigios Penitenciarios, explicando que las mejoras se debían principalmente a la reducción del número de presos en Rusia en los últimos años, acelerada drásticamente por la guerra en Ucrania. Putin ha vaciado las cárceles rusas para enviar a los delincuentes a combatir contra las tropas ucranianas.
Mientras que en febrero de 2022 había 420.000 presos, ahora hay 266.000, según las cifras reveladas por el viceministro de Justicia, Vsevolod Vukolov, en una mesa redonda celebrada en octubre. Las fuerzas armadas rusas reclutaron prisioneros para la guerra.