La propuesta de negociar acuerdos entre el gobierno de Nicolás Maduro y sus opositores sólo dentro de Venezuela no es aconsejable por los riesgos de manipulación y filtración de información que minarían el éxito de esos diálogos, en espacios controlados por una de las partes, advierten expertos consultados.
Por vozdeamerica.com
El oficialismo condicionó esta semana la continuidad de las negociaciones facilitadas por Noruega y respaldadas por múltiples países a que se celebren de ahora en adelante en Venezuela, como ocurrió el lunes, en el palacio federal legislativo, en Caracas.
Ese día, con la presencia de delegados noruegos, una parte de las delegaciones del gobierno madurista y de la Plataforma Unitaria opositora se vieron cara a cara para conversar sobre violaciones a los acuerdos firmados en octubre en Barbados.
Se prevé que el antichavismo presente una propuesta de calendario electoral, pero el oficialismo conversa asimismo con otros factores políticos en el país, entre ellos dirigentes que critican las estrategias de la Plataforma Unitaria.
Un día después, el delegado jefe del chavismo para las negociaciones, Jorge Rodríguez, advirtió a su contraparte opositora, Gerardo Blyde, que los diálogos serían en el país.
“Vamos a hablar con todos los sectores (…) a partir de ahora en Venezuela, papá, si quieres. Si no quieres, chao pescao’ (…) No viajamos a ningún lado”, dijo durante una sesión en la Asamblea Nacional, donde el chavismo tiene mayoría.
Según el vocero oficialista, ambos bloques se reunieron 14 veces en Caracas en los últimos 8 meses. Las negociaciones se instalaron en Ciudad de México en agosto de 2021, si bien se vieron interrumpidas por poco más de un año por el reclamo del chavismo del “secuestro” del empresario colombiano Alex Saab.
Desde entonces, la prensa reportó reuniones en el Caribe e incluso se firmaron dos acuerdos políticos en Barbados, en octubre pasado. Ha habido asimismo reuniones en Bruselas, Bélgica, y París, Francia, incluso con participación de jefes de Estado.
También, informes de la prensa han revelado encuentros de alto nivel entre delegados del gobierno de Estados Unidos y de Venezuela en Doha, Qatar, y otra nación caribeña no especificada en el marco de esos diálogos.
La presión interna y la diplomacia de micrófonos
Las frecuentes reuniones en Caracas confirmadas por Rodríguez hablan de una negociación “dinámica”, pero con resultados “mediocres”, apuntó el politólogo Ricardo Ríos.
El director de la firma consultora Poder y Estrategia explicó que, históricamente, las negociaciones políticas de alto nivel entre dos actores en conflicto se celebran en un tercer país como mediador para evitar que factores internos afecten esos diálogos.
La primera razón de peso es que las conversaciones transcurran “de bajo perfil”, en un ambiente más privado que el que existiría en el país de interés, aseguró.
“No es fácil reunirlos de manera secreta o informal de manera permanente. La diplomacia de micrófonos contamina mucho la posibilidad de acercarse con rapidez a un acuerdo”, expresó Ríos en entrevista con la Voz de América.
Uno de los 9 miembros de la delegación opositora para las negociaciones, Roberto Enríquez, habló esta semana del asunto. “En los medios de comunicación (del país), no se puede dar un debate donde lo que estás buscando es volumen, decibles, no soluciones”, dijo desde el comando de campaña presidencial de la oposición.
Giulio Cellini, abogado versado en procesos de transición y analista de relaciones internacionales, subrayó que es usual y “aconsejable” mantener las negociaciones fuera del país, a pesar de los beneficios logísticos de realizarlas dentro de él.
“Se minimizan los riesgos de que la negociación sea manipulada, de que se ejerzan presiones o se ejerza influencia por parte de otros actores políticos, los medios de comunicación o sectores interesados en que la negociación no tenga éxito”, expresó.
En las últimas semanas, el gobierno venezolano dijo haber frustrado una conspiración cívico militar magnicida, se ratificó judicialmente la inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado y varias ONG denunciaron el incremento de la persecución política contra disidentes.
Jugada política de Maduro
Piero Trepiccione, politólogo del centro de pensamiento venezolano Gumilla, evaluó que la negociación venezolana se situó en el extranjero para “decantar la presión” de dialogar “en el lugar del conflicto” y “con la mirada atenta del país”.
“Se buscó hacerlo fuera del país para decantar esa presión y ampliar un poco el tema de la confianza entre las partes. Implica hacerlo con más tranquilidad y eso puede hacer fluir mejor las ideas y las posibilidades de acuerdos”, manifestó a la VOA.
A su juicio, la demanda oficialista de que los diálogos sean domésticos e incluso con la participación de otros factores políticos es “una jugada inteligente” del presidente Nicolás Maduro, que busca “generar contrariedad en la contraparte”.
“Con esto, él granjea un apoyo interno y busca potenciar una legitimidad alternativa a la que se considera en el proceso de negociación internacional”, es decir, a la Plataforma Unitaria, comentó Trepiccione.
Injerencia y desconfianza
Otra desventaja de negociar en el país en conflicto es la desconfianza de que se filtren las comunicaciones privadas entre los actores, dijo Ríos, por su parte.
“Es mucho más fácil para el negociador que controla los medios coercitivos y las policías que tienen dispositivos de escucha hacer interferencia de algún modo (en la negociación), eso quita la confianza a la reunión”, advirtió el analista.
“Cuando se va a un tercer país mediador, esa capacidad de injerencia queda inhibida y genera un poco más de confianza”, añadió.
Cellini coincidió con que se pueda “manipular” la negociación mediante el acceso a información y declaraciones privadas. “Es absolutamente inconveniente”, valoró.
El especialista dijo entender que haya reuniones “privadas” y “positivas” entre los delegados jefe de oposición y oficialismo en Venezuela, “con la mayor discreción y en un escenario encriptado” para agilizar algunos procesos.
Sin embargo, insistió en que la tradición es trasladar las negociaciones al extranjero para “minimizar los riesgos de que se ejerzan presiones o influencia” sobre quienes dialogan y en cuanto al fondo de lo conversado, es decir, lo que ambas partes aspiran a lograr.
La recomendación del facilitador, Noruega, es que esos diálogos se hagan fuera del país, remarcó. Su delegación no se ha manifestado sobre los dichos del oficialismo en cuanto a los futuros sitios de reunión de las delegaciones negociadoras.
Noruega “ha formado parte de procesos exitosos de negociación en el mundo”, incluido el diálogo entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano, mencionó Cellini, recordando que la negociación entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se celebra en Venezuela, Cuba y México.
“La verdad es que trasladar las negociaciones a Venezuela no trae ningún beneficio desde el punto de vista del fondo de la negociación”, concluyó el analista.