Ser Donald Trump es cada vez más caro. El expresidente es multimillonario, pero ahora debe unos 454 millones de dólares (y sumando, con más de 110.000 dólares de intereses acumulados al día) al Estado de Nueva York después de que un juez declarara a sus empresas culpables de fraude reiterado. Trump también debe unos 88 millones de dólares a la escritora E. Jean Carroll por veredictos de abuso sexual y difamación contra él.
Por Forbes
Trump presentó el lunes una notificación de apelación en el caso de fraude. Pero si quiere evitar que la fiscal general de Nueva York, Letitia James, embargue sus bienes para obligarle a pagar, tendrá que ingresar el dinero que debe en una cuenta controlada por el tribunal mientras se apela el caso o depositar una fianza de apelación. Con una fianza, una tercera empresa garantizaría la capacidad de pago de Trump.
Trump tiene unos 400 millones de dólares en efectivo y otros activos líquidos, según la estimación más reciente de Forbes. Eso no será suficiente para cubrir toda la factura del estado de Nueva York, y ciertamente no es suficiente para cubrir lo que debe de ambos casos. Además, es probable que no quiera desprenderse de todo su efectivo a la vez. Pero, para Trump, recaudar dinero de otros no será tan fácil como antes.
Como dice un multimillonario a Forbes, el expresidente, que tiene un historial de estafa a sus socios y de declararse en bancarrota, difícilmente es un prestatario ideal. “Trump demanda a todo el mundo”, dice el multimillonario, que pidió permanecer en el anonimato. “¿Y si declara en quiebra el activo? La mayoría dirá ‘no voy a tocar a este tío”.
Trump sí tiene muchos activos que poner como garantía, incluidas 27 propiedades libres de hipotecas que valen en conjunto más de 1.100 millones de dólares. Sin embargo, según los términos de la sentencia por fraude contra él, Trump tiene prohibido durante tres años pedir préstamos a cualquier institución financiera “constituida o registrada en el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York”. Eso deja fuera de juego a varios bancos con los que ha trabajado a lo largo de los años, entre ellos Deutsche Bank, UBS y Bryn Mawr Trust Company. El Deutsche Bank, que fue nombrado en la demanda del fiscal general y declinó hacer comentarios para esta historia, ya había decidido cortar lazos con Trump mucho antes de que se anunciara la decisión del juez.
“Dado el creciente riesgo reputacional de hacer negocios con Trump, sospecho que cada vez más tiene que tratar con prestamistas relativamente poco convencionales, como particulares adinerados, empresas financieras de capital cerrado y entidades extranjeras no sujetas a las leyes o regulaciones bancarias estadounidenses”, afirma Bert Ely, académico adjunto del Centro de Alternativas Monetarias y Financieras del Instituto Cato y director de Ely & Co. Inc., una consultora bancaria. “Quiénes podrían ser [es] una incógnita”.
Evan Gotlob, socio del bufete de abogados Saul Ewing, apuesta por Oriente Medio y China. “Hay muchos bancos en los EAU, el nuevo Wall Street, así como en países como Arabia Saudí. También tiene estrechos vínculos con China”, señala Gotlob. «Esto sí le maniata, pero no le corta las piernas».
Incluso Wilbur Ross, exsecretario de Comercio de Trump, coincide al afirmar que cree que “los bancos extranjeros” estarán encantados de ayudar a Trump. “Deutsche Bank [fue] un gran prestamista para él en los viejos tiempos”, dice Ross, quien mintió durante años sobre ser multimillonario. “Hay muchos bancos”.
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