El microondas destaca como un aparato esencial en la mayoría de las cocinas, gracias a su practicidad y versatilidad. Contrario a una creencia extendida, el uso del microondas no está asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
Por OK Diario
La radiación utilizada por el microondas no es ionizante, lo que significa que no tiene la capacidad de provocar cambios en la estructura molecular de la materia. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la mayoría de los tipos de radiación no ionizante no están vinculados al desarrollo de cáncer debido a su nivel de energía insuficiente para causar daño a nivel molecular.
El gran «peligro» de usar el microondas
Aunque el microondas no está asociado con el desarrollo de cáncer, persisten algunas dudas sobre sus posibles efectos en la salud. Henri Joyeux, oncólogo y experto en cáncer y nutrición, advierte que el uso del microondas debe ser moderado.
Uno de los motivos de precaución es la modificación estructural que experimentan los aminoácidos al calentar los alimentos en el microondas. Estas alteraciones pueden dificultar la absorción de péptidos y proteínas, generando compuestos potencialmente tóxicos. Además, señala que la L-prolina se convierte en D-prolina, un compuesto neurotóxico que puede ser perjudicial para el riñón y el hígado.
Sin embargo, el principal motivo de preocupación radica en los microorganismos presentes en los alimentos congelados, que pueden no ser destruidos por completo durante el calentamiento en el microondas. La descongelación parcial de los alimentos puede favorecer la proliferación de gérmenes, lo que aumenta el riesgo para la salud.
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