El dengue es una enfermedad endémica que se transmite a los humanos a través de la picadura del mosquito Aedes Aegypti. Éste último, al alimentarse de una persona infectada por el virus del dengue pasará a infectar a una persona sana. Esta especie de mosquito habita zonas tropicales y subtropicales, y también es el responsable de transmitir otras enfermedades virales como el Zika y el Chicunguya.
Por Infobae
Existen 4 serotipos de dengue: DEN-1, DEN-2, DEN-3, DEN 4. Cualquiera de estos serotipos virales, una vez que ingresen al organismo del huésped alcanzan órganos como el hígado, el bazo, tejidos linfáticos, donde se replicarán para luego pasar al torrente sanguíneo en cantidad importante. Es aquí, cuando aparece la fiebre alta. La aparición de síntomas suele aparecer entre 7 y 10 días después de la picadura del artrópodo, pero puede extenderse hasta 15 días.
Existe muchísima concentración de virus del dengue en la sangre, por lo tanto, esta persona, que ya se encuentra infectada y que funciona como el huésped del virus, podrá ser picada por otro mosquito, el cual transmitirá el virus a otra persona; y así es como se retroalimenta el ciclo. Es por eso que la persona que cuenta con diagnóstico confirmado de dengue debe continuar con los recaudos pertinentes: uso de repelente, evitar acumulación de agua en su área, justamente, para evitar la reproducción de nuevos mosquitos que lo puedan picar y salir a infectar a otros individuos.
Qué importancia tiene el estado nutricional del enfermo de dengue
Es importante tener en cuenta que una persona que presenta comorbilidades como diabetes, obesidad, enfermedad coronaria o cerebrovascular no responde inmunológicamente al cuadro de dengue de la misma manera que una persona que carece de antecedentes clínicos. Por el momento, no existe tratamiento específico para el cuadro. Los casos más leves, sin signos de alarma, deben tratarse en forma sintomática, con paracetamol, hidratación y control clínico estricto.
Para leer la nota completa, aquí