Cada semana en Colombia ocurren decenas de casos de sicariato, muchos de ellos en las principales ciudades, y a plena luz del día. El mercado de armas ilegales toma más fuerza ante una criminalidad disparada. Bogotá, Cali y Barranquilla hoy sufren con un panorama aterrador de asesinatos, robos y secuestros. En todo ese andamiaje criminal hay un factor sorpresivo.
SEMANA revela detalles del mercado de sicarios que amenaza la seguridad del país: cientos de millones de pesos circulan entre mafias para acabar con la vida de una persona o despojarla de los objetos valiosos.
Según datos de la Policía Nacional, 10.416 ciudadanos murieron en 2023 por cuenta de atentados con armas de fuego y 88.285 más denunciaron ser víctimas de los ladrones, quienes los intimidaron con pistolas para que cedieran sus pertenencias. Los hechos ocurrieron de día y de noche, entre multitudes y en privado.
Un informe de la Dirección de Investigación Criminal alerta que en las ciudades principales hay un negocio entre delincuentes para alquilar armamento por minutos. El precio depende de la complejidad de la misión, del tipo de elemento que se requiere para aniquilar a la víctima y de los riesgos que pueden correr los maleantes. Es un pacto de sangre. El valor básico por una unidad oscila entre 300.000 y 500.000 pesos. Detrás del arrendamiento hay una operación milimétrica para no ser descubiertos por las autoridades y, de quedar en evidencia, la jugada complica las tareas de los detectives para judicializarlos por los acontecimientos.
El general José Luis Ramírez, jefe del Servicio Nacional de la Policía, informó que este tipo de transacciones tienen cinco momentos: los implicados llegan al sector donde piensan ejecutar el plan, se comunican con un particular para que les lleve la pistola, él la entrega, se hace la misión y, tres cuadras más adelante, devuelven el objeto.
Para leer más, pulse aquí.