Desde el 21 de noviembre de 2019 en la calle principal de la parroquia Maiquetía, específicamente en el sector Navarrete, los vecinos dejaron de recibir agua por tuberías por parte de Hidrocapital.
Corresponsalía lapatilla.com
A través de una carta enviada a nuestro equipo de Corresponsalía, se conoció que a apenas una cuadra del edificio Manoa, donde funciona la sede de la Gobernación de Vargas, los vecinos llevan cuatro años, tres meses y 19 días sin recibir el recurso hídrico.
Nuestro equipo se puso en contacto con la denunciante, quien informó que la empresa estatal se encuentra al tanto de la situación y aunque “han intentado buscar la falla”, el sector permanece en una sequía constante desde el año 2019.
De acuerdo con la denuncia, hasta este momento se ven afectadas un promedio de 15 familias y 18 locales del lugar.
En una conversación telefónica, la denunciante manifestó que esta situación agrava su estado de salud, pues en la actualidad sufre de fibromialgia y la falta de agua le genera fuerte estrés incrementando así los dolores que padece debido a su enfermedad.
Problemas tras problemas
En medio de la sequía a la que somete Hidrocapital a los vecinos de este lugar, las tuberías y los tanques que se encuentran en los techos de las viviendas también se ven afectados, pues están expuestos a diario al sol inclemente que calienta el material y les provoca daños.
Vivir sin agua es imposible, es por ello que los vecinos se vieron en la obligación de pagar por el alquiler de una manguera que suministra agua desde el barrio Quenepe.
Tras esta situación, algunas casas sufrieron daños, pues el personal que trabaja con esta manguera debe caminar sobre las placas de las viviendas para llevar la manguera hasta los tanques.
“Hidrocapital no ayuda en el surtido de agua viéndose la comunidad obligada a comprar semanalmente 1000 litros en 13 dólares”, se puede leer en la carta de denuncia emitida por la vecina del lugar.
La denunciante señaló que, tanto ella como su esposo, son dos personas que sobrepasan los 70 años de edad y lamentablemente no están en condiciones de producir mayor cantidad de dinero “como para no preocuparse por pagar cisternas”.
Esta situación deja en evidencia que las prioridades de la Gobernación en la región giran en torno a las Cintas Costeras y no a las necesidades de la ciudadanía.