El buen dormir es un factor clave de la salud humana. Las alteraciones e interrupciones del sueño que afectan la calidad y cantidad de horas que descansamos cada noche, no solamente causan somnolencia, fatiga, debilidad y dificultades para concentrase en el transcurso del día, sino que, además, tienen el potencial de causar y o empeorar afecciones de salud existentes.
Por infobae.com
Esto se debe a que el sueño tiene una función biológica esencial, ya que el buen descanso nocturno resulta esencial para la prevención y manejo de varias enfermedades, algo que ha demostrado la evidencia científica disponible.
El déficit de sueño crónico lleva a múltiples efectos negativos en la salud, que abarcan desde problemas cardiovasculares, deterioro cognitivo, debilitamiento del sistema inmunológico, y un incremento en el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.
Los trastornos de sueño más frecuentes
Entre los trastornos de sueño, uno de los más frecuentes es la apnea durante el sueño. Un alto porcentaje de la población sufre de esta condición, pero frecuentemente pasa desapercibida. Diversas investigaciones señalan que hasta el 80% de los afectados por apnea del sueño no son diagnosticados a tiempo.
Un estudio en 2019 publicado en la prestigiosa revista The Lancet, reveló que más de 900 millones de personas entre 30 y 69 años experimentan apneas obstructivas del sueño de manera severa, y 425 millones de forma moderada a severa.
Las apneas se producen por la relajación de los músculos que sostienen la lengua, el paladar blando y otros tejidos de la garganta, causando pausas respiratorias durante las horas de descanso, las cuales pueden extenderse por 10 segundos o más. Estas pausas pueden repetirse 10, 20 y hasta 30 veces por hora.
Este fenómeno afecta negativamente tanto la continuidad del descanso como diversas variables fisiológicas: se altera la oxigenación de la sangre, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y, en situaciones más graves, aumentan los niveles de dióxido de carbono en sangre.
Asimismo, dado que cada pausa respiratoria concluye con un breve pero repetido despertar cerebral, el sueño se ve fragmentado y su calidad disminuye. La apnea obstructiva del sueño es una condición muy común que en la mayoría de las ocasiones no se detecta, ya que ocurre mientras las personas están dormidas. Por lo tanto, las personas que comparten el espacio para dormir son a menudo los primeros en notar los signos.
Los individuos afectados por apneas durante el sueño suelen presentar un ronquido habitual de tono elevado. Se considera ronquido habitual aquel que ocurre tres veces por semana o más. Este tipo de ronquido irregular, con silencios entre un ronquido y otro, es un indicador temprano de una alteración de la respiración durante el sueño.
La persona transita de un sueño profundo a uno más ligero a medida que se presentan pausas en la respiración o cuando ésta se hace superficial. Por ende, el sueño es de baja calidad y la persona se siente cansada durante el día.
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