El ser humano ha estudiado la Luna por siglos, pero no fue hasta que arribó la misión Apolo 11 de la NASA en 1969 que se pudo investigar su superficie in situ.
Los kilos de rocas traídas hace más de 50 años en esa y las siguientes misiones Apolo que sucedieron revelaron que ese material estaba seco, sin agua, según los distintos análisis en laboratorios.
Pero hoy en día sabemos que no toda la superficie de la Luna es seca, gracias a la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) que en 2009 confirmó la presencia de hielo subterráneo en el Polo Sur lunar.
Hoy, la NASA se prepara para encarar una nueva aventura lunar, antes de la llegada de nuevos astronautas con la misión Artemis en 2026. Se trata del robot rodante, conocido como VIPER (“Volatiles Investigating Polar Exploration Rover”), que se lanzará hacia nuestro satélite natural en noviembre próximo.
“¡Todos los instrumentos de vuelo de VIPER están instalados y el rover está construido en más del 80%!”, afirmó hace pocos días el director del proyecto VIPER, Dan Andrews. “Este es un logro importante y muestra el gran progreso que está logrando el dedicado equipo VIPER, que está entusiasmado de ver cómo se construye el rover”, agregó.
VIPER continúa el viaje de Apolo como la primera misión robótica móvil de la NASA a la Luna, y su misión principal será la de analizar directamente el hielo en la superficie y el subsuelo de la Luna a diferentes profundidades y condiciones de temperatura. Los datos que VIPER transmitirá a la Tierra se utilizarán para crear mapas de recursos, lo que ayudará a los científicos a determinar la ubicación y concentración del hielo en la Luna y las formas en las que se encuentra, como cristales de hielo o moléculas unidas químicamente a otros materiales, según adelantaron los ingenieros de la NASA.
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