Petro apuesta al mismo discurso y camino de Chávez: Así promovía el presidente venezolano la Constituyente

Petro apuesta al mismo discurso y camino de Chávez: Así promovía el presidente venezolano la Constituyente

Gustavo Petro y Hugo Chávez | Foto: SEMANA

 

 

 

El llamado del presidente Petro a una Asamblea Nacional Constituyente no sorprendió. Pese a que se trata de un camino incierto que pone de nuevo todo sobre la mesa, la posibilidad de acudir a este mecanismo era uno de los temores más grandes de la llegada de Petro al poder. Tal era así, que cuatro años antes de ser elegido, cuando disputo la presidencia con Iván Duque, el llamado centro político decidió adherir a su candidatura solo tras la firma de una promesa sobre mármol que hoy le enrostran las redes sociales. “No convocaré a una Asamblea Nacional Constituyente”, decía el escrito incluido en una tabla al estilo de los 10 mandamientos.

Pero Petro no cumplió esa promesa. “Colombia tiene que ir a una asamblea nacional constituyente”, dijo eufórico el viernes pasado el presidente desde un sitio muy emblemático: Puerto Resistencia, en Cali. En el sitio insigne de la primera línea, el mandatario, visiblemente indignado, se despachó con un agresivo discurso sin antecedentes en lo que lleva de gobierno.

“Diálogo sí, concertación sí, pero con el pueblo en las calles, si las instituciones que hoy tenemos en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo, a través de su voto, decretó, demandó, mandó y ordenó”, sostuvo Petro. “Entonces, no es el pueblo el que se va arrodillando hacia su casa, derrotado, son las transformaciones de esas instituciones las que se tienen que presentar, no es el pueblo el que se va, es la institución la que cambia”, agregó el mandatario en tono airado.

De inmediato, numerosos analistas comenzaron a hacer una comparación evidente: la de Hugo Chávez.

Cuando Gustavo Petro se lanzó al ruedo presidencial, quienes tenían temor de su llegada al mando, solían decir que Colombia podría tomar la vía de ser como Venezuela. Era un miedo exagerado, teniendo en cuenta la catástrofe política y económica que vive el vecino país, y el hecho de las instituciones en Colombia son muy sólidas y han demostrado que pueden proteger el equilibrio de poderes de los excesos de la rama ejecutiva.

Pero el fantasma de ser como Venezuela estaba siempre latente. En su carrera a la presidencia, Petro le dio una larga entrevista a Vicky Dávila. Allí le preguntó de frente si él se consideraba el Hugo Chávez colombiano. “No”, respondió el entonces candidato.

La directora de Semana le insistió preguntándole si eran amigos. Y el candidato Petro dijo: “Ser amigo no necesariamente significa comulgar política y económicamente. De hecho, cuando se trata de liderazgos políticos, en América Latina hay que construir redes; pero la amistad no significa cofradía ideológica”.

Pero agregó, eso sí, que “me gustó su pensamiento bolivariano antes de ser presidente”. Sobre la debacle que vive el vecino país apenas atinó a echarle la culpa a los Estados Unidos. “Son dos elementos fundamentales: quien hace depender su economía del petróleo, Chávez y Maduro, y quien bloquea las exportaciones. Pusieron en bandeja a Venezuela para que fuera golpeada”, explicó.

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