La princesa, el cáncer y nosotros: una reflexión sobre la empatía en la era del chisme

La princesa, el cáncer y nosotros: una reflexión sobre la empatía en la era del chisme

La princesa de Gales, a sus 42 años, enfrenta un tratamiento de quimioterapia preventiva. (Odd ANDERSEN / AFP)

 

 

 





La noticia cayó como un mazazo. La Princesa de Gales, a sus 42 años, tiene cáncer. Tras semanas de especulaciones febriles sobre su salud y su paradero, alimentadas por el morbo insaciable de las redes sociales, Kate Middleton se vio obligada a revelar su diagnóstico en un emotivo video desde Windsor.

Opy Morales 

Con la voz entrecortada pero serena, la princesa explicó que tras someterse a una cirugía abdominal a principios de año, los médicos descubrieron evidencia de la temida enfermedad. Ahora enfrenta un tratamiento de quimioterapia preventiva, mientras intenta procesar la noticia y explicársela a sus tres pequeños hijos en términos que puedan entender.

La Familia Real calificó inicialmente la operación de Kate como “planificada”, quizás para minimizar su gravedad. Pero el diagnóstico actualizado parece haber llegado en febrero, justo cuando su esposo, el Príncipe William, canceló abruptamente su participación en un memorial. Un timing que sin duda alimentó aún más las teorías conspirativas sobre el estado de salud y matrimonio de Kate.

Seamos honestos: nosotros, el público sediento de chismes, no le dimos a la princesa muchas opciones. La acosamos sin piedad, hurgando en su historial médico, diseccionando cada gesto en busca de pistas morbosas. Hasta que la empujamos a desnudar su realidad más dolorosa frente a las cámaras.

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Instagram @princeandprincessofwales

 

 

 

Claro, ahora nos sentimos fatal. De repente, especular sobre la vida privada de Kate ya no parece tan divertido. Esas elucubraciones delirantes que consumíamos con avidez, ahora nos revuelven el estómago. Pero quizás deberíamos hacer una pausa y reflexionar.

Al fin y al cabo, solo seguíamos una arraigada tradición británica: husmear en la intimidad de la realeza. Un hábito nacional que se remonta a la época de la Princesa Diana, y que ahora, gracias a la inmediatez brutal de las redes sociales, se ha globalizado. Una prueba más de que los “medios tradicionales” han perdido el monopolio del chisme.

Lo paradójico es que, en medio de este aquelarre mediático, los únicos que han mostrado algo de mesura han sido los mismísimos tabloides sensacionalistas. Esos papeles que durante años acosaron sin piedad a Diana, ahora se visten de luto y llaman a respetar la privacidad de Kate en este difícil trance. Curioso giro de los acontecimientos.

Pero más allá del drama palaciego, el caso de Kate arroja luz sobre una tendencia preocupante: el aumento de casos de cáncer en personas jóvenes. Según estudios recientes, la incidencia de cánceres de aparición temprana, antes de los 50 años, se ha disparado casi un 80% a nivel mundial en las últimas tres décadas, según señalo Vox.

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