Los motivos políticos de la crucifixión de Jesús en Viernes Santo y las versiones de su instante final

Los motivos políticos de la crucifixión de Jesús en Viernes Santo y las versiones de su instante final

Andrea Mantegna: La crucifixion de Cristo

 

El Viernes Santo es el primer día del Triduo Pascual, el período de la Semana Santa durante el cual la liturgia de las Iglesias cristianas conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En particular, recuerda la muerte en la cruz del fundador del cristianismo, “la Pasión del Señor”.

Por Infobae

Antiguamente, la liturgia del Viernes Santo se celebraba a las 15.00 horas, hora de la muerte de Jesús según los Evangelios. Hoy se celebra por la tarde, en un horario más adecuado para permitir la asistencia de los fieles. Pero aunque hay misa, no se celebra la Eucaristía: las hostias fueron consagradas la víspera, el Jueves Santo.

El día prevé la abstinencia de carne para los fieles católicos de rito romano a partir de los 14 años, y la abstinencia y el ayuno eclesiástico para los de 18 a 60 años. Este es el acto final de penitencia por parte de los fieles para preparar el regreso de Cristo y la liberación de la muerte.

Según la tradición cristiana, Jesucristo murió a los 33 años y a las 3 de la tarde. Los evangelios dicen que los sumos sacerdotes -las autoridades religiosas de la época- conspiraron contra Jesús de Nazaret, porque se había proclamado “Hijo de Dios”. Siempre lo consideraron un “alborotador”, y buscaron la manera de silenciarlo. Es mejor que muera uno solo, se lee en los evangelios. La pena de muerte había sido abolida por Roma, pero los romanos no se metían en cuestiones de religiones de los pueblos que había conquistado, así que el ardid debería ser político para encontrar una condena a Jesús.

Las autoridades y sus partidarios decidieron llevar a Jesús ante Poncio Pilato, quinto prefecto de la provincia romana de Judea entre el 26 y el 36 d.C. pero éste no halló ninguna culpa en el joven rabino de Nazaret para condenarlo, pero al final cedió a la presión de una multitud que exigía su crucifixión.

Según el Evangelio de Mateo, Pilato se lavó las manos con agua al ver al pueblo, proclamándose “inocente de la sangre de este justo”. Este gesto de “lavarse las manos” es el origen de la expresión que nos llega a partir de la narración de estos hechos.

Como existía la costumbre de liberar a un prisionero para la festividad de la Pascua judía, Pilato decidió liberar a un hombre conocido por sus robos llamado Barrabás, cediendo así a la presión de los manifestantes.

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