Los coroneles Antonio Guevara y Alberto Bellorín criticaron con dureza lo ocurrido la noche del 25 de marzo cuando luego de horas infructuosas para inscribir a Corina Yoris, con el respaldo de María Corina Machado, quien se inscribió, a espaldas de la ganadora de las primarias, fue el gobernador del Zulia, Manuel Rosales. Uno de los oficiales consideró que delincuentes, como los jefes de bandas o colectivos han demostrado más honor a los pactos. Bellorín por su parte, llamó a ese hecho la noche de los cuchillos largos.
Por Sebastiana Barráez / Infobae
“Más honor y respeto por los pactos, tiene la mafia. El Padrino con don Vito al frente, y las cinco familias de Nueva York, tienen más gallardía. Que es mucho decir de compromisos sellados entre bandidos y delincuentes para cumplir sus fines. Faltan muchos capítulos oscuros por conocerse en esa novela por entregas, de las intrigas, de las conjuras y de las confabulaciones tenebrosas (faltan 5 pa’ las doce) del 25M, con el tema de las postulaciones y los registros de las candidaturas de la Unidad ante el CNE”.
Así lo manifiesta el coronel retirado Antonio María Guevara Fernández, quien fue profesor de Inteligencia Estratégica en la Universidad Experimental de la Fuerza Armada (Unefa) en Venezuela, en relación con la estrategia del régimen venezolano para cerrarle la candidatura a María Corina Machado y a la profesora Corina Yoris, para permitirle a Manuel Antonio Rosales Guerrero, de UNT, inscribir la suya con la excusa que faltaban cinco minutos para cerrar el proceso. Solo fue una componenda del chavismo para escoger el candidato de la oposición que se enfrente a Nicolás Maduro.
El coronel Guevara recuerda que “en la política venezolana siempre hay un acuerdo previo que al final no se respeta y en el que priva el ñemeo de gallos y medianoche. La noche del 25M fue una reedición de la semana previa a las elecciones presidenciales de 1998 cuando se cambió de caballo a cuchilladas traidoras frente a Hugo Chávez. Y eso es una confirmación que el charco político de aguas residuales es viejo en Venezuela”.
“Esos acuerdos de pillos, generalmente en nocturnidad, son parte de las desventuras criollas frente a las posibilidades que mueren inesperadamente y que cierran el camino de la fe en el cambio político. El de ir de lo malo a lo bueno”.
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