El papa Francisco presidió la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro ante más de 30.000 personas, después de que le viernes decidió no acudir al Coliseo de Roma para el vía crucis para cuidar de su salud.
El pontífice argentino apareció en buena forma, al igual que este Sábado cuando presidió la misa de la Vigila de Pascua, una ceremonia de casi tres horas, y tras la ceremonia del domingo saludó en papamóvil a los fieles que acudieron a San Pedro.
En la plaza de San Pedro, había más de 350 religiosos entre cardenales, obispos y sacerdotes para concelebrar con el papa.
El atrio de la basílica apareció decorada con decenas de miles de flores gracias a la aportación de los floristas holandeses y la colaboración de los trabajadores del Servicio de Jardines y Medio Ambiente.
Tras la ceremonia, en la que no hubo homilia, Francisco se asomará a mediodía a la Logia central de la basílica de San Pedro, desde donde pronunciará el mensaje pascual e impartirá la Bendición urbi et orbi.
El pasado viernes, a pocos minutos del inicio del vía crucis, la oficina de prensa del Vaticano informó de que “para salvaguardar la salud ante la vigilia de mañana y la Santa Misa del Domingo de Resurrección”, Francisco seguiría el vía crucis del Coliseo desde su residencia, la Casa Santa Marta, lo que hizo que crecer la preocupación por la salud del pontífice.
El año pasado tampoco Francisco, que acababa de salir del hospital por una bronquitis, acudió al Coliseo por recomendación de los médicos y seguramente así fue también en esta ocasión después de las dos horas que duró la celebración de la Pasión del Señor en la tarde de ayer y el frío y la humedad en la noche romana.
Francisco, de 87 años, que ha padecido problemas respiratorios en los últimos tiempos, presidió, aparentemente sin problemas, la misa del Jueves Santo en una cárcel de mujeres de Roma y este viernes la ceremonia de la pasión de Cristo en la basílica de San Pedro. EFE