El “boom” de las vacunas contra enfermedades tropicales

El “boom” de las vacunas contra enfermedades tropicales

El auge de estas patologías se está compensando con la aparición de nuevas y potentes vacunas DREAMSTIME

 

Avisan los expertos de que con la globalización y el cambio climático enfermedades que hasta ahora apenas tienen incidencia en nuestro entorno llegarán a ser algo habitual. Así, vaticinan que dengue, zika o malaria se convertirán en endémicas (o volverán a serlo) en nuestro país. La buena noticia es que, por fortuna, la medicina ha progresado mucho en este campo y en los últimos meses ha habido un «boom» en este área gracias al cual casi todas cuentan ya con vacunas altamente eficaces.

Por larazon.es

Es el caso del dengue, que ha pasado de tener una sola y de eficacia media a dos aprobadas y una tercera en estudio con resultados prometedores. Grandes noticias si tenemos en cuenta el notable avance que está teniendo la enfermedad en las últimas décadas, aumentando enormemente su incidencia. Entre 2000 y 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó que el número de casos notificados en todo el mundo se había multiplicado por diez, pasando de 500.000 a 5,2 millones. En el año 2019 se alcanzó un pico sin precedentes, con casos notificados en 129 países, y el pasado año incluso en España se registraron contagios autóctonos.

Buen ejemplo de esto es el brote surgido en Brasil en febrero de este mismo año, con un récord histórico de casos y que ha podido vacunar masivamente a la población con una de estas nuevas vacunas. Hablamos de Qdenga, (desarrollada por Takeda). Disponible en España desde mayo del pasado año, tiene una indicación más amplia que su predecesora Dengvaxia (de Sanofi), de la que Jaime Pérez, presidente de la AEV explica que «para que sea efectiva y segura tienes que saber el estado inmunológico de la persona antes y hacerle un test previo». «La nueva vacuna se compone de dos dosis en tres meses, y desde el día 14 de la primera dosis ya comienza la protección», explicó Natividad Tolosa, vocal de formación de la AEV, durante un seminario sobre la enfermedad.

Además de estas, existe otra vacuna candidata: la Butantan-DV, atenuada como las dos anteriores. Desarrollada en Brasil en colaboración con el NIH estadounidense, consta de una dosis y en el mes de febrero presentó los resultados preliminares en «NEJM» de un estudio de fase 3 en personas de 2 a 59 años, tras dos años de seguimiento, que son esperanzadores.

La malaria es otra vieja conocida. Erradicada de nuestros país hace no tanto, fue endémica durante años. De hecho, Carlos V murió por este motivo en Yuste. En la actualidad una primera vacuna (Mosquirix, de GSK, en cuyo desarrollo tuvo un papel destacado España, con el ISGlobal y Pedro Alonso) está siendo administrada en países como Ghana, Malaui y Kenia, y una segunda (de Novavax) acaba de ser aprobada para su uso en África. La coexistencia de ambas permitirá incrementar notablemente su producción, que hasta la fecha ha sido insuficiente para cubrir la demanda actual.

La vacuna con el adyuvante de Novavax (desarrollada por la Universidad de Oxford y el Serum Institute of India) recibió la recomendación de la OMS en octubre de 2023. Llamada R21/MatrixM, reduce los casos sintomáticos hasta en un 75% –según nuevos datos presentados en «The Lancet» en febrero de este mismo año– en niños de 5 a 36 meses. Además de una alta eficacia, cuenta con un perfil de seguridad tranquilizador. Otra ventaja es que se puede implementar y fabricar fácilmente a gran escala y a un coste moderado, abordando la brecha significativa en el suministro de vacunas. «Había una vacuna buena, pero no lo suficiente, y esta tiene mejores resultados de eficacia, además de una producción más rápida, por lo que vamos a ver un cambio sensible en los próximos años», señala Pérez.

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