La historia real del hombre de la máscara de hierro que inspiró libros y películas

La historia real del hombre de la máscara de hierro que inspiró libros y películas

Retrato del hombre de la máscara de hierro en su celda en la Bastilla durante el reino de Luis XVIII. (Creative Commons)

 

En octubre de 1690, un teniente de la cárcel de la Bastilla, Francia, comenzó a registrar en un cuaderno a todas las personas que terminaban en una celda bajo la instrucción del rey Luis XIV, quien tenía el poder absoluto de revocarle la libertad a cualquiera que a su juicio se lo merecía.

Por infobae.com





El teniente, conocido como Étienne du Junca, siguió actualizando este cuaderno hasta su muerte en septiembre de 1706. Sus anotaciones, hasta el día de hoy, son la fuente de información más confiable que se conservó sobre el manejo de la Bastilla bajo Luis XIV. También proporcionaron el primer indicio de un prisionero desconocido, quien en la actualidad se sigue conociendo como el “el hombre de la máscara de hierro”.

Qué se sabe del hombre de la máscara de hierro

A las tres de la tarde del 18 de septiembre de 1698, du Junca registró en su cuaderno la llegada de un nuevo gobernador de Bastille, llamado Bénigne d’Auvergne de Saint-Mars. De acuerdo al teniente, el gobernador vino acompañado de un prisionero a quien tenía bajo su custodia en la cárcel del actual municipio italiano Pignerol, cuando el territorio aún era controlado por el reino francés. Dado que Saint-Mars permaneció en la cárcel de Pignerol desde 1665 a 1681, historiadores pudieron deducir que el hombre de la máscara de hierro permaneció encarcelado por lo menos unos 18 años antes de su llegada a la Bastilla.

En su testimonio escrito, du Junca menciona que el nombre del prisionero nunca fue revelado, que siempre andaba con una máscara que escondía su identidad, y que apenas se bajó del carro de Saint-Mars, fue trasladado a una celda de la Torre Bazinière de la Bastilla. A las nueve de la noche, du Junca trasladó al prisionero a la Torre Bertaudière bajo la custodia de M. de Rosarges, uno de los sargentos que viajaron con el gobernador Saint-Mars.

También aclara que -contrario a las representaciones populares del misterioso hombre- la máscara no era de hierro, sino que era de terciopelo negro. El prisionero recibía un buen trato por parte de los guardias y hasta tenía permitido concurrir a misa los domingos con la condición de utilizar su máscara, de acuerdo al escritor inglés Rupert Furneaux, autor del libro “El hombre detrás de la máscara”.

La muerte del misterioso prisionero

El 19 de noviembre de 1703, murió el hombre de la máscara de hierro. De acuerdo al diario de du Junca, el día anterior, recibió noticia de que el prisionero se sentía un poco enfermo tras volver de misa. Al día siguiente, a las diez de la noche, el hombre falleció, sorprendiendo a todo el personal de la Bastilla. Un día después, a las cuatro de la tarde, fue enterrado en el cementerio Saint-Paul-des-Champs en París.

En los márgenes de la hoja que recuenta la muerte del prisionero, du Junca escribe que desde entonces supo que en el registro parroquial el hombre aparecía con el nombre “Marchioly”, aunque en esa época era común que los prisioneros fueran enterrados bajo identidades ficticias. El registro también reveló que el hombre tenía alrededor de 45 años a la hora de su muerte y que el costo de su funeral fue de 40 libras.

Otro documento valioso que ayudó a detallar la muerte del hombre de la máscara de hierro fue el del Padre Griffet, quien oficiaba como capellán de la Bastilla. En sus escritos, menciona que tras la muerte del prisionero, se quemaron todas sus pertenencias, entre ellas su ropa de cama, colcha y vestimenta. Según Griffet, las paredes de su habitación fueron raspadas y blanqueadas nuevamente, y todas las losas del piso fueron retiradas y reemplazadas por otras, por miedo a que el prisionero haya logrado marcar las paredes con información que revelara su identidad. En el año de su muerte, el hombre de la máscara de hierro había pasado unos 31 años encarcelado en la Bastilla.

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