Conversamos nuevamente el profesor Robert Carmona-Borjas, abogado, escritor, académico y estratega político-militar, para oir su punto de vista sobre la situación geopolítica en la región del Esequibo y los movimientos estratégicos potenciales del régimen venezolano. Profesor Carmona-Borjas, bienvenido y gracias por compartir su análisis con nosotros.
Profesor Carmona-Borjas: Gracias por esta nueva invitación. Basándonos en el mismo planteamiento que hice el pasado 13 de diciembre de 2023 en este mismo diario, es crucial que analicemos estos desarrollos, especialmente con las recientes acciones del régimen que podrían influir significativamente en el futuro de Venezuela.
La “Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba” fue aprobada recientemente. ¿Qué implicaciones ve en esta medida?
Esta ley marca un giro preocupante hacia una confrontación que no contribuye a la defensa de los intereses de la república. Consideramos casi como un hecho cierto que el régimen de Nicolás Maduro elija el próximo 19 de abril para potenciales movilizaciones militares en el Esequibo, amparado en esa nueva Ley Orgánica, buscando reforzar una narrativa de soberanía bajo el pretexto de defensa nacional. Sin embargo, el subtexto sugiere un esfuerzo por distraer la atención de los problemas internos y la insatisfacción popular, en un momento crítico previo a las elecciones presidenciales del 18 de julio.
El régimen al parecer ha decidido no presentar la Contramemoria ante la CIJ el próximo 8 de abril, ¿cómo se alinea esto con su estrategia?
Optar por no refutar los argumentos de Guyana refleja una estrategia de escalar el conflicto, buscando forzar una negociación directa. Parece ser un intento deliberado de desviar la atención de los venezolanos de los problemas domésticos, apuntando hacia un estado de emergencia que justificaría posponer o suspender las elecciones presidenciales.
Usted nos indicó antes de comenzar esta entrevista que el régimen podría crear incidentes fronterizos fabricados para fortalecer su narrativa de seguridad nacional.
Indudablemente, el régimen tiene capacidad para exagerar o incluso fabricar incidentes en la frontera, con el objetivo de justificar la implementación de medidas autoritarias. Al presentar acciones en el Esequibo como reacciones a supuestas amenazas externas, estamos seguros de que buscará no solo consolidar su poder sino también desviar la atención de las próximas elecciones presidenciales que sabemos las tiene perdidas de ir a un proceso electoral transparente y así fortalecer el apoyo interno apelando a la ‘seguridad’ nacional. Dado al extenso historial del régimen chavista de manipulación de incidentes fronterizos, resulta plausible anticipar la ocurrencia de enfrentamientos de baja intensidad y denuncias de infiltraciones, estrategias previamente empleadas para sustentar acusaciones de conspiraciones inexistentes. Este enfoque reforzaría su narrativa de seguridad nacional, distrayendo así la atención de los desafíos internos que enfrenta el país.
Al comienzo usted también mencionó una profundización de alianza estratégica con Rusia. ¿Cómo podría esto influir en la situación?
Lo considero un hecho de que Venezuela buscará profundizar su cooperación militar con Rusia, solicitando desde armamento hasta asesoría estratégica. La presencia hoy en día de asesores militares rusos en Venezuela es un indicio de esta relación. Esto no solo fortalece al régimen frente a posibles escaladas en el Esequibo, sino que también posiciona a Rusia como un actor clave en la geopolítica latinoamericana, desafiando la influencia de Occidente.
Frente a las campañas de desinformación y la diplomacia reactiva, ¿cuál es la postura del régimen?
Continuaremos viendo cómo el régimen utiliza la desinformación tanto a nivel nacional como internacional para ocultar sus verdaderas intenciones y acciones. Paralelamente, utilizará la diplomacia para fortalecer lazos con naciones que se oponen a la hegemonía occidental, buscando apoyo frente a condenas o ampliación de sanciones internacionales.
¿Cómo deberían actuar los organismos y la comunidad internacionales en general ante esta situación?
El régimen seguramente intentará influir en la opinión pública internacional y en organismos como la ONU para presentar sus acciones como legítimas y defensivas, aprovechando la posición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Es una estrategia para ganar apoyo o al menos neutralidad en un contexto donde las acciones en el Esequibo podrían ser vistas como agresivas. Con respecto a la comunidad internacional consideramos que ésta debería abogar por la resolución pacífica de disputas, manteniendo la presión para asegurar una transición democrática en Venezuela. Es esencial no caer en la retórica defensiva del régimen y priorizar el diálogo y la diplomacia.
Profesor Carmona-Borjas, agradecemos su análisis y el tiempo dedicado hoy.
Gracias a ustedes. La búsqueda de soluciones justas y pacíficas es fundamental para el futuro de Venezuela y la región | LP