A la ciencia todavía le queda un vasto mundo por explorar, y se llama ‘envejecimiento’. Entendemos una cosa: el tiempo pasa por todos. Con la edad, el sistema inmune se debilita, los tejidos musculares se vuelven rígidos, los órganos empiezan a perder algo de funcionalidad. Pero, a la luz de las últimas investigaciones, lo que está claro es que todavía sabemos muy poco sobre qué causa este proceso, a quién afecta más y, especialmente, si podemos frenarlo.
Por La Razón
Lo cierto es que, sí, hay formas de hacerlo. Así lo afirma un nuevo estudio científico revisado por expertos y publicado hoy, en la conocida revista Nature Aging. Según sus resultados, hay un tipo de grasa que se acumula en nuestro organismo a medida que envejecen los tejidos, tanto de órganos vitales como musculares. Si reducimos este ‘apelotonamiento’ de lípidos, podríamos ganarle una batalla al envejecimiento.
«La idea de que podríamos revertir el envejecimiento es algo que, durante mucho tiempo, se consideró ciencia ficción. Sin embargo, nuestros hallazgos nos permiten comprender mucho mejor este proceso», celebra Riekelt Houtkooper, catedrático del laboratorio de Enfermedades Genéticas Metabólicas del Centro Médico Universitario de Ámsterdam, Países Bajos.
«Todo el mundo dice que [el envejecimiento] es “sólo el resultado de envejecer”, pero en realidad esto no tiene por qué ser cierto. Si comprendemos mejor el proceso de envejecimiento, también podremos buscar nuevas formas de intervenir», afirma Georges Janssens, primer autor del estudio y profesor adjunto en la universidad neerlandesa. Pero, ¿cómo podemos hacer algo por retrasar el envejecimiento, desde el salón de nuestra casa?
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