Una piel brillante y jugosa; unas mejillas sonrosadas a lo Heidi que devuelven la jovialidad a cualquier cara, tenga la edad que tenga, esté lo estresada que esté; un pelo revuelto en su justa medida, con ese efecto ‘out of bed’ que tanto gusta, de manera casi literal. El aspecto que se queda después del sexo o, mejor dicho, después de un orgasmo, es un sin duda uno de los ideales de la belleza natural.
Por elmundo.es
No es ningún misterio, por otra parte, que muchas marcas de belleza buscan recrear el ‘look after sex’ con sus productos. Más ahora que nunca, cuando el ‘glow’ de la piel -esa característica tan difícil de describir, que se traduce en un cutis luminoso, que no grasiento, con brillo natural y una luz que parece que ‘sale’ de nuestro interior’- es una de las grandes tendencias tanto en maquillaje como en el cuidado del rostro. Y eso por no hablar de cuánto se desea ese pelo con la textura ideal, de onda rota, natural, que se identifica como la melena surfera o, por qué no, una cabellera orgásmica.
Tampoco podemos olvidar que uno de los maquillajes más famosos de la historia contemporánea es un colorete rosa con destellos dorados que se llama precisamente ‘Orgasm’ y lo creó el maquillador François Nars en los 90 con el objetivo de recrear a golpe de brocha ese tono rosado, vivo y brillante que delata a las mejillas tras un encuentro sexual. Y que hasta 10 pasos de rutina facial, ahí es nada, se necesitan para conseguir una cara orgásmica según un artículo publicado en Goop, la web de Gwyneth Paltrow, en 2021.
Está claro que el sexo, y los orgasmos, tocan nuestro aspecto externo, al menos como algo aspiracional. Cabe preguntarse, ¿este ‘look after sex’ es sólo un mito, una percepción, una sensación, o hay bases reales para creer que un orgasmo puede ser la clave de vernos más jóvenes y guapos?
Por qué los orgasmos son el ideal de belleza de la piel
El buen aspecto que deja el placer sexual tiene explicaciones tangibles. “Durante el orgasmo aumenta la circulación sanguínea y, por tanto la liberación de oxígeno hacia la piel. Cuanto más sangre llega a la piel más oxigenada está”, explica la doctora Natividad Cano, dermatóloga del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica) y directora del Instituto Natividad Cano. Todo eso hace que cumpla mejor su función, tanto de renovación como de la función barrera, que se termorregule de manera adecuada y, por lo tanto, que se vea más brillante, bonita y oxigenada.
Las hormonas que se liberan durante el orgasmo también tienen un papel fundamental en el aspecto saludable de nuestro rostro. “La oxitocina contribuye a que se libere colágeno, y la serotonina, que es la hormona del bienestar, ayuda a reducir los niveles de ansiedad y de tensión acumulada y eso también se manifiesta en la expresión de nuestro rostro”, prosigue la doctora Cano. Como cuando el bótox nos ‘relaja’ las arrugas… pero sin pinchazos.
La dermatóloga subraya, además, que durante el orgasmo aumentan los niveles de estrógenos, “una hormona que está relacionada con el colágeno, con la hidratación, con la elastina y hace también que nuestra piel se vea mucho mejor e incluso que disminuya la aparición de arrugas”.
De entre la escasa literatura académica al respecto, como admiten los expertos consultados, nos queda el estudio, publicado en el libro ‘Superyoung’, en los años 90, que realizó el doctor David WeeKs, un neuropsicólogo escocés del Royal Edinburgh Hospital, donde afirmaba que las mujeres que tenían tres orgamos por semana parecía 10 años más jóvenes que quienes tenían solo dos. Desde entonces, y hasta 2013, condujo un estudio con parejas de 40 y 50 años que practican un 50 por ciento más de sexo que el promedio de su grupo de edad, y que aparentaban entre cinco y siete años menos.
¿Es el orgasmo entonces la clave de la eterna juventud de la piel? “No hay mucha información científica al respecto, pero supuestamente sí, en los términos orgánicos que he comentado”, replica la doctora Cano.
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